Conviviendo en un caos

❁Capítulo setenta y cuatro.❁

El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos. Aristóteles

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Jughead y Betty se encontraban acostados en su cama, cuando la puerta suena.
Ya había pasado el primer semestre y ambos estaban más que bien con su año. Estudiaban mientras estaban acostados, trabajaban mientras hacian cortes para besarse.

El timbre suena y ambos se miraron—¿Esperas a alguien?—preguntó Jughead.

—Yo no, debe ser tu amigo o tu amiguita.

—Saliste media tóxica, mi amor.—dijo divertido mientras se levantaba.

—Si, pero tú tóxica te hace las mejores mamadas, así que cállate—aseguró Betty.

Jughead rió mientras caminaba hacia la puerta y suspiró—¿Tú?. Supongo que no me vienes a ver a mi—aclaró mirando un pelirrojo.

—Yo no sabía que tú estabas aquí.

—Vivo aquí—aclaró. —Espera un poco aquí.

Jughead dió unos pasos hasta su habitación—Betty, te buscan—dijo serio Jughead.

—Después yo soy la tóxica—dijo divertida levantándose—¿Quién es?

Jughead se sentó en la cama—Ve a ver a tú amiguito el pelirrojo.

—¿Archie?—preguntó la rubia caminando hacia la puerta para verlo.

—Podrías haberte cambiado el pijama, digo—aclaró Jughead, pero Betty ya no estaba en la habitación—Pelirrojo imbecil—maldició Jughead

—Arch—dijo la rubia acercándose y lo saludó—¿Qué haces aquí?

—He decidido a venir a visitarte, este fin de semana juego con el equipo de fútbol americano con tu universidad.

—¿Y como sabías donde vivía?

—Zack me ha dicho.

Betty hizo una mueca, sabía que quería que Jughead se pusiera celoso.

—Pero no sabía que vivieras con Jughead.

—Si, vamos juntos a la misma universidad

—Cosas de parejas—aclaró Jughead saliendo del dormitorio.—Me iré—dijo tomandó su abrigo y le dió un beso en la frente a la rubia.

—¿Dónde estarás?—preguntó esta antes de que el chico saliera.

—Bibloteca—aseguró Jughead saliendo por la puerta.

—Espero no haber llegado en un mal momento.

—No, no—negó la rubia con una sonrisa—¿Quieres tomar algo?. Café, té—ofreció.

—Café—aseguró el pelirrojo mientras se sentaba.—No sabía que habían terminado en la misma univerisidad.

La rubia asintió con una sonrisa—en realidad no lo habíamos planeado. Pero abrimos juntos las cartas de la universidad y a ambos nos salió este, y pues lo decidimos

—Es una gran decisión venir a vivir juntos.

La rubia rió—Ya lo hacíamos en riverdale—aseguró—Con su padre y mi madre, y luego él pasaba en mi casa.—se encogió de hombros—ya estabamos acostumbrados.