Conviviendo en un caos

❁Capítulo veintiocho.❁

A mí usted me sigue gustando, aunque siga siendo un amanecer imposible.

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La rubia entró a su casa. No había nadie así que solamente se recostó en la puerta de entrada y lloró. Sabía que su celular sonaba, pero no lo quería atender. Se sentía tan basura, basaura de ella misma.  Había jugado con su mejor amigo, estaba peleada con su madre,  su padre no estaba para ella, la ansiedad la estaba consumiendo.

—¿Betty?—preguntó una voz.

Betty levantó su cabeza para ver a Toni, Jughead, Fangs y Sweet pea bajar. Esta se levantó llevándose una mano al pecho, su respiración estaba entrecortada.

—¿Ha pasado algo?—preguntó Jughead acercándose a ella preocupado.

—¡No me toques!—pidió con lágrimas mientras retrocedía. Jughead la miró y esta bajó su mirada— No—murmuró mientras tomaba la cola de su vestido y subía la escalera lo más rápido que podía.

Jugheda miró a sus amigos—¿Debería hablar con ella?—preguntó.

Toni lo miró— Deberías hacerlo—aseguró—Pero no lo hagas si piensas romperla más; No lo hagas si piensas alejarte.

—Esa chica estaba muy rota—aseguró Sweet pea.

—Creo que no ha tenido a nadie que haya bailado con ella esta noche, tal vez nadie bailó con ella nunca—Dijo Fangs— O te subes a la pista con ella, o la observas de abajo sin entrometerte, inclusive si otra persona decide subirse a bailar con ella. Él espectador es espectador.

Era una metáfora; Betty estaba siempre en moviemiento, Betty siempre estaba bailando ella sola: Betty sufría sola. Jughead podría subirse junto a ella y acompañarla, "Te subes a la pista con ella", podría ir hasta ella y no dejarla nunca más bailar sola, podía darle el mejor final para aquella coreografía solitaria y confusa. Pero también podía observar de abajo y mirar como alguien se subía a la pista para ayudarla a bailar, para ayudarla a ella. ¿Y él que?. Él vería todo el espectáculo, sin saber lo que pasaba por su cabeza.

Sus amigos se fueron y Jughead quedó unos segundos pensando hasta que suspiró mientras subía y golpeó la puerta de la rubia—Betty—habló.

—Vete, por favor—rogó la voz critalizada por la rubia—Vete.

—Habla conmigo—pidió.

—No puedo, no quiero—negó, aún sin abrir de la puerta con sus lágrimas.

Jughead hizó una pausa mientras escuchaba el llanto de la rubia. Luego de unos minutos habló—¿Recuerdas cuando me preguntaste de que si el mundo se acabara, iría junto a ti?.—La rubia tomó aire, mientras cerraba sus ojos, apoyada en la puerta.— Si el mundo se acabara, iría junto a ti y pasaría la noche junto a ti, nuestros miedos serían irrelevantes.El cielo se estaría cayendo y yo te abrazaría fuerte, sin ningún un motivo—Hizó una pasusa—Betty, tú mundo se está derrumbando, tú cielo cayendo, así que...¿porque no me dejas pasar la noche junto a ti mientras te abrazo?

La rubia cerró sus ojos con lárgrimas. ¿Como podía sentir eso por un chico que había conocido hace un mes?.

—Betty—murmuró Jughead luego de un rato, la rubia no abría la puerta.—Esta bien, estaré en mi cu—Este dejó de hablar cuando la puerta se abrió.

El perfecto vestido de Betty estaba aún en ella, pero su perfecto maquillaje se había arruinado, estaba desclaza, sus perfectos tacos se habían ido. Su perfecto peinado estaba destruido.—Esta soy yo.—habló.
—No puedo ser perfecta—dijo negando mientras se señalaba—Intento verme perfecta, pero mira como termino. Y eso con cada cosa en mi vida—aclaró con lágrimas mientras que Jughead la veía paralizado, con un nudo en su estómago.
—No quiero un felices para siempre—Negó la rubia—No quiero una vida perfecta—esta se encogió de hombros—Solo quiero sentir amor y no soledad, no quiero sentir culpa.

Jughead la miraba con tristeza.

Esta se limpió su lágrimas— Jughead, solo pasaras si eres capas de entrar en esta habitación y ayudarme a quitarme todo lo que esta arruinado en mi vida, incluido mi vestido—aseguró mientras se limpiaba las lágrimas y se encogía de hombros —Y no te estoy diciendo que tengamos sexo, te estoy diciendo que me quiero sentir amada. Si tú no puedes quitarme el vestido, si tú no puedes ayudarme a arreglar mis desastres, te pido que no entres—rogó con lágrimas.

Jughead asintió—Lo entiendo.

Betty dejó caer sus hombros suspirando mientras sus lágrimas caían, sin embargo Jughead tomó su rostro y lo besó, y la rubia no se opuso, dejó que Jughead la besara. Sin embargo este caminó unos pasos haciendo que la rubia retrodeceda, y este se separó para cerrar la puerta con tranca.

—¿No has tenido tu baile hoy, verdad?.—La rubia lo miró confundida—No voy a hacerte bailar, no sirvo para esas cosas.—dijo con una sonrisa—Pero puedo darte más que un baile, puedo ser más que un simple espectador. No quier bailar contigo, no se hacerlo. Este es tu baile propio, y yo solo quiero ayudarte a que puedas bailar sola, con una hermosa sonrisa sin pisarte tu misma tus pies—Betty estaba confundida, claramente no entendía la metáfora—Yo quiero ser el chico que te ve desde un costado en el escenario, quiero ser el que te ha ayudado para que no te pises, y al final de la coreografía, quiero ser la persona que te abraza y te levanta cuando terminas de bailar—este corrió su mechón de pelo que se encontraba en su cara—Es una metáfora—habló con una sonrisa mientras acariciaba su rostro y luego se alejó para tomar una toallita desmaquillante que estaba sobre su set de maquillaje.

Comenzó a quitar su maquillaje corrido, lentamente mientras acariciaba su rostro.

—¿Porque ese chico no te ha dado tu baile esta noche?

La rubia suspiró mientras cerraba sus ojos, Jughead seguía retirando el maquillaje lentamente.

—Lo he hechado a perder—confesó con lágrimas—Como todo—suspiró.

—No lo hechas todo a perder—negó Jughead. —¿No quieres volver a tu baile?

Esta negó—No

—Bueno, entonces yo creo que de esa forma, podré pasar contigo la noche.—aseguró mientras caminaba tras ella y soltaba su pelo despeinado, dejándolo caer.—¿Sabes?. Cuando JB era pequeña, me hacía jugar con ella a la mamá y el hijo. Solía ser el hijo, claro—dijo divertido y Betty sonrió—Y me pintaba, me peinaba y todas esas cosas que las madres no les hacen a sus hijos en realidad; pero yo a ella solía peinarla para ir dormir—Aseguró y dividió el pelo de la rubia en tres—Y resulta que hace unos años descubrí que se me da muy bien hacer una simple trenza—dijo con una sonrisa mientras tranzaba el pelo de la rubia.

Ella no podía verlo, ni él a ella, pero tampoco necesitaban verse. Jughead estaba ahí, junto a ella sosteniéndola mientras ella se derrumbaba.

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Amo mucho este capítulo y ame crear una metáfora tan profunda, y es que me gustó. Este capítulo es clave para todo.
Siguiendo con la metáfora:¿Creen que Jughead podrá subir al escenario con ella y no dejarla caer?

Se que dije que lo publicaría a las 3 pero bueno, soy algo intensa.
Tal vez más tarde publique el tercero y bueno... creo que pueden ver cómo ira el próximo capítulo.