IX

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—¿Café o té?


—Té.


—Error. Es café.



No tuvo oportunidad ni de reaccionar cuando vio al extraño camarero servir la taza justo frente a sus ojos y hasta el borde de café, fue muy tarde cuando quiso decirle al chico que eso no era lo que quería, pues éste le dejó la taza con movimientos sorprendenmente suaves y se alejó a la siguiente mesa. Suspiró mirando su taza llena de un líquido espeso y oscuro con olor fuerte, le gustaban las bebidas suaves y claras, completamente lo opuesto a lo que tenía delante de él. Suspiró una vez más mientras tomaba la taza y la dirigía a sus labios, el fuerte olor inundó sus fosas nasales, cerró brevemente los ojos y bebió un pequeño sorbo.

Se sorprendió con el sabor.

Miró al extraño mesero rubio que salía del fondo con algún pedido en su bandeja, tal vez el café no era tan malo como siempre creyó.

—Buen día, ¿qué desea ordenar?

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—Buen día, ¿qué desea ordenar?



Sus ojos rubí abandonaron el menú y se elevaron hacia el origen de la voz grave y plana que lo había recibido al restaurante, una coincidencia interesante, era aquel chico bicolor al que había atendido días atrás en la cafetería (donde él trabajaba) y le había hecho una pequeña broma para ver su reacción. Ciertamente nunca esperó que bebiera todo el café y luego lo pagará como si eso fuera ordenado desde el principio, incluso agradeció y le dejó una buena propina. Soltó una pequeña risa incrédula y lo miró fijamente, el chico delante de él no mostraba expresión alguna, aunque estaba seguro de que lo había reconocido desde el primer segundo.



—¿Qué ordinarías tú, mitad-mitad?


—Soba frío.


Respondió sin dudar o verse molesto por el peculiar apodo, miró el menú buscando dicho plato y luego asintió, lo pidió sin más. No sabía lo que hacía realmente, tal vez buscaba redimirse o algo por el estilo, después de todo aquel bicolor no parecía estar socialmente bien y él sin saberlo se había aprovechado. Tras tomar una bebida amarga y releer el menú que obviamente no había devuelto aún, su plato llegó, le agradeció al chico inexpresivo y se quedó en silencio. Entrecerró los ojos y miró con algo de recelo aquel plato sin color, casi carecía de vida, además de no llenar sus fosas nasales con ningún olor en particular. Dió el primer bocado.

No sabía mal.

Solía comer con mucho color, sabor y olor. En especial picante, amaba el picante pero ese plato sencillo no había estado mal, le gustó.

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Mundos Diferentes [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora