—Disculpe —la pelinegra se acercó a uno de los alumnos que caminaban con prisa por el pasillo, sus brazos presionando contra su pecho uno de los libros que le entregaron en secretaría. A punto de tocar el hombro del contrario, una mano la tomó de los hombros y la dio vuelta con cuidado. Confundida, la japonesa frunció el ceño mientras miraba a la chica frente a ella.
Era alta, lo suficiente como para que tenga que alzar la cabeza, y su sonrisa en su rostro la hacia parecer de algún grado superior. Su ceño se relajó al recordar que la secretaria le había hablado de una chica que la orientaría en su primer día.
—Park Sooyoung —se presentó con su sonrisa todavía adornando su rostro. Por inercia, la japonesa imitó su gesto e hizo una pequeña reverencia mientras relajaba un poco sus hombros.
—Myoui Mina —la más alta asintió con entendimiento y revisó su teléfono unos segundos, ignorando brevemente la existencia de la contraria—. ¿Cuál es tu primer salón?
La más baja revisó su horario y lo leyó con dificultad, las letras de la impresión algo borrosas por la tinta—. Sala 9, bloque C —contestó luego de unos segundos. Guardó el trozo de papel entre las hojas de su libro y notó como la contraria sonreía con algo de pena.
—Sígueme —hizo un gesto para que la acompañara y caminó frente a ella con paso seguro. La japonesa la siguió, su cabeza girándose de un lado a otro mientras miraba a su alrededor en un intento de orientarse en el futuro. Luego de unos minutos, finalmente Sooyoung se detuvo frente a uno de los bloques más pequeños, algo alejados del centro de la universidad—. En el último piso, al fondo. No te preocupes que todas las puertas tienen su respectivo número.
—Muchas gracias —le sonrió con amabilidad y avanzó unos pasos hacia delante, subiendo las escaleras mientras escuchaba un grupo de personas hablar desde el segundo piso, sus voces aclarándose a cada peldaño que subía.
—¿Vas a terminarte eso? —un voz grave pareció recriminarle a la persona que lo acompañaba y la japonesa alcanzó a escuchar un gruñido de molestia desde donde estaba. Terminó de subir hasta el segundo piso y al doblar hacia la derecha se topó con el dúo de amigos apoyados en la pared cercana a la escalera. El más grande de ellos se le quedó mirando unos segundos y luego con una sonrisa siguió hablando con su amigo.
Su mirada sólo duró unos segundos, pero fueron los suficientes como para que Mina contraiga la respiración y se apresure a subir las siguientes escaleras, sus nudillos volviéndose blancos por la presión que estaba ejerciendo con sus dedos y su mirada clavada en el piso. A pesar del tiempo, seguía teniendo ataques de pánico cuando se encontraba demasiado cerca de algún hombre y por más de que Jaebum haya "cambiado", Mina seguía sintiéndose incomoda a su alrededor, aún más si no estaba Nayeon cerca.
Nayeon. Pensó. Espero que esté bien.
Pero la castaña ya se había encargado de que Sana la odie con todo su corazón, aún más de lo que ya lo hacía.
Apenas entró al dormitorio, un olor a desinfectante y perfume inundó sus fosas nasales, causando que su ceño se frunciera apenas puso un pie dentro de la habitación.
—¿Puedes abrir la ventana? —le preguntó con molestia a la japonesa tendida en la cama frente a ella, las cortinas cerradas y su teléfono iluminando tenuemente su rostro. Nayeon encendió la luz y entrecerrando los ojos, se cruzó de brazos luego de dejar caer su maleta sobre su cama.
El día de ayer había ido a dejar las primeras cosas y por suerte lo se había topado con Sana en el transcurso del día, pero hoy empezaban las ceremonias de iniciación y era inevitable que ambas terminara topándose en algún momento.
Con pereza, la pelirosa bufó algo fuerte y se medio levantó, lo suficiente como para estirar su brazo y abrir la ventana. Segundos después, la castaña le regaló una sonrisa irónica y comenzó a arreglar sus cosas, la habitación en total silencio mientras lo hacía.
Ya con todo en su lugar, la mayor no pudo evitar lanzarse a su cama y suspirar con cansancio. De reojo, notó como Sana se levantaba de la cama y caminaba hasta la puerta, desapareciendo de su vista cuando cerró detrás de ella.
Se apresuró a sacar su teléfono y buscar el nombre de su novia, revisando la hora antes para asegurarse de que no esté en clases.
☞Como te está yendo? 🥰
Dejó el teléfono a un lado y cerró los ojos, sobresaltandose levemente al escuchar su teléfono vibrar inmediatamente después de dejarlo sobre su estómago.
Minari ♥️
Mejor de lo que creí.
Y tú?
Espero que Sana no esté siendo demasiado insoportable.Una sonrisa se escapó de los labios de Nayeon al recordar lo enfadada que se había puesto Sana la primera vez que la conoció.
☞Nada que no pueda manejar 😉
Te parece si comemos juntas??Y casi como si fuera una adolescente enamorada de su crush, Nayeon esperó la respuesta con inquietud, moviendo sus pies levemente mientras notaba que la japonesa estaba escribiendo.
Pero el sonido de la puerta abrirse con brusquedad la sorprendió, la imagen de Sana con una caja gigante entrando a la habitación con dificultad. Dejó la caja en el piso y estiró su espalda con algo de incomodidad.
—No piensas dejar eso ahí —comentó Nayeon apuntando la caja, ésta posicionada en medio de la habitación. La japonesa hizo un gesto de no saber muy bien y caminó hasta su clóset, sacando algunas prendas de ropa antes de meterse al baño.
La mayor rodó los ojos y tomó nuevamente su teléfono, frunciendo el ceño al no ver la respuesta de la japonesa. ¿No estaba escribiendo? No quiso pensarlo demasiado porque entonces se pondría nerviosa por algo estúpido.
Las clases de iniciación habían terminado y Mina no pudo evitar suspirar con cansancio apenas salió del salón. No era una experta en las relaciones sociales y estar obligada a socializar la había agotado mentalmente.
Tomó su teléfono con la esperanza de que Nayeon le haya hablado, sonriendo al darse cuenta de que así era. Se sentó sobre una de las bancas del centro de la universidad y se apresuró para contestarle.
Nayeonnie 🐰♥️
Como te está yendo? 🥰☞Mejor de lo que creí.
Y tú?
Espero que Sana no esté siendo demasiado insoportable.Nayeonnie 🐰♥️
Nada que no pueda manejar 😉
Te parece si comemos juntas??Tomó su teléfono nuevamente, comenzando a escribir al mismo tiempo en que alguien se sentaba a su lado. Confundida, la japonesa bloqueó el teléfono y miró hacia su derecha, la misma sonrisa que la recibió en la mañana apareciendo frente a ella.
—¿Tienes hambre? —preguntó amablemente Sooyoung, apoyando su brazo en el respaldo de la banca, su sonrisa ampliándose al notar a la japonesa asentir con la cabeza.

ESTÁS LEYENDO
Angel » Minayeon
Fanfiction2da Temporada de "Devil" Luego de escapar de su padre, Mina finalmente consigue graduarse. Pero ahora, su relación con Nayeon comienza a verse perjudicada por la llegada de Minatozaki Sana. "El diablo antes de ser demonio, era ángel"