La semana pasó y Nayeon se extrañó de que Sana realmente haya cumplido lo que dijo. Porque desde ese día, no le dirigió la palabra y tampoco le puso presión sobre el favor que supuestamente le debía. Tampoco iba a indagar mucho en el tema, porque estaba segura que la actitud de la japonesa cambiaría apenas necesite su favor de vuelta.
Pero ella ya había dicho que no, aún cuando se lo debía —los castigos por no dormir en los dormitorios eran bastante graves—, su resentimiento no podía permitírselo.
En la escuela, las primeras semanas no solían ser demasiado agotadoras según recordaba Nayeon, pues solo consistían en ponerse al día con los nuevos contenidos y alguna que otra fecha de las primeras evaluaciones. Es por eso que a la castaña actualmente se le está haciendo bastante complicado adaptarse a la vida universitaria, pues antes lo máximo que tenía que hacer era vestirse para ir a la escuela o estudiar brevemente para algún examen.
Razón por la cual ahora estaba encerrada en la biblioteca de la universidad, una pila de libros a su lado como una clara señal de que, a pesar de todo, no había sido buena idea holgazanear en la escuela.
Terminó de leer el último párrafo de la hoja y no dudo en enterrar su cabeza entre las paginas del libro, un suspiro ahogado brotando de sus labios mientras aún mantenía los ojos cerrados. Nunca fue buena estudiando, y ahora se arrepentía de no haberse obligado a hacerlo.
—¿Estas bien? —la repentina voz la hizo sobresaltarse, causando que el libro frente a ella caiga de espaldas y sus ojos choquen con los del contrario.
Jungkook, el capitán del equipo de natación la miraba desde el otro lado de la mesa con una sonrisa en su rostro. Llevaba un libro entre sus manos y al parecer la había atrapado hundiéndose en su miseria, su sonrisa dando a entender que le causaba gracia su situación.
—No es nada —contestó cansada y con sus hombros caídos, el libro terminando de ser apartado a un lado y su cabeza descansando sobre una de sus manos. El pelinegro se acomodó en su asiento y miró de reojo la portada del libro, sonriendo levemente y apoyándose en la mesa.
—¿Tienes problemas con Cálculo? —preguntó, cruzando sus brazos sobre la mesa y manteniendo el contacto visual con la contraria. Nayeon soltó un suspiro de frustración y asintió con la cabeza.
—No estoy acostumbrada a estudiar —confesó con pena, sus dedos acariciando sus sienes y sus ojos entrecerrados mientras escuchaba la leve carcajada del contrario—, no te rías.
—Es normal —terminó diciendo el más alto, levantándose y yendo a sentarse junto a la castaña. Abrió el libro y miró a la contraria en busca de saber en qué página estaba.
—156 —murmuró, el pelinegro pasando páginas hasta la hoja indicada. Pareció leer un poco por encima y Nayeon sentía que estaba más burlándose de ella que intentando ayudarla.
—Derivadas —leyó el título y luego hizo otra pausa, mirando a la contraria de reojo en busca de otra expresión de sufrimiento—. No es tan grave.
La castaña lo miró en claro desacuerdo, por lo que soltó una risa divertida y terminó por girarse hacia ella—. Si quieres te puedo ayudar —agregó.
Pero Nayeon negó con la cabeza, quitandole el libro y guardando sus cosas antes de levantarse para regresar al dormitorio. No se sentía demasiado entusiasmada luego de leer medio libro sin entender absolutamente nada, además del hecho de haber estado tanto tiempo metida en esa habitación horrible con olor a libro viejo.
—Me voy a comer, nos vemos —se despidió con la mirada cansada, dejando caer su bolso en uno de sus hombros y caminando hasta la salida con su cabeza gacha.
~~~
Mina no era una persona que se guíe por sus emociones. De hecho, hasta que conoció a Nayeon, sus reacciones siempre habían sido guiadas por el sentido común, muy raramente actuaba de forma impulsiva.
Sólo una persona logró en el pasado hacerla actuar de esa forma y su ahora novia, era la causante de que ese aspecto vuelva a la luz.
A pesar de que Nayeon sabía lo incómoda que se encontraba Mina ante la presencia de su hermano —jactándose de haberse "arrepentido" de lo que hizo—, la castaña creyó que sería bueno cenar en casa de sus padres.
No es que la japonesa sea alguien rencorosa, pero es difícil dejar de lado algo que te marcó por mucho tiempo a un punto que dormir parecía ser imposible.
Durante su estadía en casa de los Im, Mina había tenido la suerte de no toparse casi nunca con el pelinegro, más que nada porque el mayor tenía todo su tiempo ocupado con la universidad y el trabajo.
Es por eso que ahora, sentada en la misma mesa que el y con su mirada fija en ella, cada bocanada de comida parecía eterna.
—¿Como dijiste que se llamaba tu padre? —la voz del mayor de la familia habló por una vez y la japonesa alzó la vista con nerviosismo.
—Akira Myoui —contestó carraspeando su garganta, para luego tomar un trago de jugo y mirar de reojo a su novia.
—Debe tener bastante dinero, esa universidad es cara —la mirada de la señora Im le dio a entender a su esposo que ese no era un comentario del todo educado, pero el mayor pareció no notarlo.
—Tengo una beca —contestó cortésmente la pelinegra, sus ojos clavados en su plato y sus manos sosteniendo los servicios con fuerza.
—Oh, de todas formas se ve que no la necesitas.
Esta vez, una mirada fulminante de parte de Nayeon fue suficiente como para detener la incómoda conversación.
—¿Y que estudias? —pero como si el cielo la estuviese castigando, Jaebum alzó la voz mientras se cruzaba de brazos para mirarla. En la cabeza de la japonesa, el pelinegro se burlaba de ella con su sonrisa, pero se obligó a creer que no era así.
—Cine —contestó secamente, su mirada desviándose de la del pelinegro para poder tranquilizarse.
—Oh, se ve que te gusta —comentó con una sonrisa, apoyando su espalda en el respaldo del asiento—. Pero no se ve como una carrera para una mujer.
¿En serio Nayeon creía que su hermano había cambiado?
•••••
Finalmente volví con una actualización. Lamento si hay algún error en la historia pero luego de escribir después de tanto tiempo hay cosas que se me olvidaron.
Estos meses me han servido para relajarme y poder ponerme como prioridad a pesar de mis ganas de querer escribir de nuevo.
He concluido que sólo actualizaré cuando tenga ganas, y así no verlo como una obligación, pues últimamente lo había visto de esa forma.
Igualmente, les agradezco a todas las personas que todavía están leyendo mis historias, entiendo de primera mano lo aburrido que puede ser esperar una actualización, así que gracias por todavía estar aquí.
Les recuerdo que tengo otra historia Minayeon en mi perfil llamada "The A Team" por si quieren ir a verla.
Ahora si, nos vemos cuando vuelva a actualizar 😊

ESTÁS LEYENDO
Angel » Minayeon
Fiksi Penggemar2da Temporada de "Devil" Luego de escapar de su padre, Mina finalmente consigue graduarse. Pero ahora, su relación con Nayeon comienza a verse perjudicada por la llegada de Minatozaki Sana. "El diablo antes de ser demonio, era ángel"