Un nuevo comienzo

164 39 2
                                    

Continúe haciendo mi rutina día tras día y poco a poco el dolor empezaba a disminuir.

Algunas veces soñaba despierto imaginando que nunca se fue. Caminábamos por la calle tomados de la mano. Riendo. Bromeando. Salí de mi imaginación al chocar con alguien, derramando mi café.

- Lo siento mucho –dije al darme cuenta de lo que hice.

Levante la mirada topándome con un chico muy atractivo.

- Me alegra te chocaras conmigo o de otro modo no hubiera conocido al chico más guapo que haya visto –respondió el desconocido una sonrisa.

- Ohh, gra-gracias –tartamudeé sintiendo mis mejillas arder.

- Soy Calvin por cierto. Un gusto conocerte –se presentó estirando su mano.

- Mi nombre es Joaquín. Joaquín Danvers –estreche su mano.

- Entonces Joaquín, ¿te gustaría salir algún día? –pregunto Calvin.

- Si, sería divertido –respondí.

- Genial. Es una cita –contesto.

Intercambiamos números y después se despidió. Me quede en ese pasillo aun sonrojado.

*

Una semana después al salir de CatCo me dirigí rápidamente a casa, ese día sería mi cita con Calvin.

No me sentía así de entusiasmado desde Emilio, cuando Calvin estrecho su mano con la mia sentí una pequeña corriente eléctrica y se sintió bien.

Busque en mi clóset que usar. Me probé varios atuendos pero ninguno me convencía, necesitaba a Azul, la extrañaba demasiado.

La única razón por la que estaba siendo distante con ella es porque tenía miedo. Después de perder a Emilio, no podía arriesgarme en perder a mi hermana. En mi vida todo lo que amo tiende a esfumarse.

Busque nuevamente en mi clóset y en el fondo encontré una caja que Azul me dio en mi cumpleaños pasado, la tome y vi el atuendo que me había regalado, me lo coloque y decidí era el indicado.

Escuche un golpe en la puerta y me dirigí a abrir, al llegar Calvin estaba ahí esperando por mí vistiendo un traje negro. Sus ojos brillaron cuando me vio.

- Luces asombroso –halago él.

*

Después de la cena caminamos por el parque, era una bella noche. Caminamos hasta llegar al edificio en donde vivía, antes de entrar le di un pequeño abrazo, le deseé las buenas noches y después ingresé al edificio.

Mi cara no pudo fruncir el ceño. Mis ojos no pudieron llorar. Por primera vez en seis meses me sentía feliz.

Y pensé que tal vez esto era un nuevo comienzo.

Un chico de Krypton y un chico de Daxam; Emiliaco (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora