Mini maratón 2/3
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Había demasiadas opciones respecto a donde debíamos casarnos, pero solo había un lugar en específico en el que mi mente pensaba: un campo con bellas flores.
Muchos pensarían que solo era un campo ordinario, pero para mí no era así. Era el lugar en donde todo comenzó, en donde se estrelló la nave del amor de mi vida.
Emoción y ansiedad recorrían mi cuerpo, al final después de todo, finalmente obtuve lo que siempre quise. Azul abriendo la puerta fue lo que me trajo a la realidad, dejando de lado mis pensamientos. Me entrego mi traje y empecé a vestirme. Simplemente me quedaba perfecto.
- Luces maravilloso –dijo Azul.
Mi madre adoptiva entró y sus ojos brillaban a causa de las lágrimas que retenía. –Mi niño, te ves hermoso.
Sonreí, alise mi traje y tomé una respiración profunda. –Es hora –dijo Azul.
Ella enlazo su brazo con el mío y salimos de la habitación en la que estábamos.
La decoración era sencilla, del lado izquierdo estaban nuestros seres queridos y del lado derecho compañeros del trabajo, el pasillo estaba decorado por pétalos de rosas. Y mientras caminaba por el altar, algo llamo mi atención. Emilio ya estaba en su puesto, esperando por mí, portaba un traje color negro que le quedaba espectacular.
Al estar a unos pasos de él, me miró con sus bellos ojos brillando aún más. Azul me abrazo y tome la mano que Emilio me estaba ofreciendo.
- Ahora los votos –dijo J'onn en su papel de oficiante de la boda.
Tomé la mano de Emilio y suspire antes de hablar. –Siempre pensé que nunca encontraría el amor pero entonces llegaste tú –pausé. Cuando te conocí pensaba que eras un engreído y que solo pensabas en ti, pero te transformaste en alguien diferente. En alguien que pensaba en las necesidades de los demás antes de las propias. Puede que seas de Daxam pero tú no eres un daxamita –finalice.
Emilio tenía una gran sonrisa en el rostro, suspiro y empezó a hablar. –Joaquín, me enseñaste a ser un héroe pero lo más importante, me enseñaste a amar –dijo mientras depositaba un beso en mi mano y siguió hablando. – Cuando veo tu hermosa sonrisa mi mundo se detiene y es como si fuéramos las únicas personas en el mundo. Tú eres mi kryptonita.
Sentía lagrimas acumularse en mi ojos. Emilio era el hombre más dulce y amoroso del mundo.
- Joaquín, ¿aceptas a Emilio como tu amado esposo en la salud y en la enfermedad? –preguntó J'onn.
- Acepto –respondí.
- Y tu Emilio, ¿aceptas a Joaquín como tu amado esposo en la riqueza y la pobreza? –hablo nuevamente J'onn.
- Acepto –respondió Emilio.
- Por el poder que me otorga el Estado, los declaro unidos en matrimonio. Puedes besar al novio –afirmo J'onn.
Emilio me agarro suavemente de la cintura, me acerco a él y me besó.
*
Nos dirigimos al salón en donde era la fiesta. Emilio estiro su mano en mi dirección. -¿Me concedes este baile?- preguntó mi esposo.
Sonreí y nos encaminamos a la pista de baile.
Coloco sus manos en mi cintura y yo envolví mis brazos alrededor de su cuello. En ocasiones me daba pequeñas vueltas y en un momento descanse mi cabeza en su hombro. Seguimos bailando hasta que la canción finalizó.
Después de un rato de baile, salimos al pequeño jardín a espaldas del salón de fiestas. Las estrellas del cielo nocturno alumbraban el lugar.
Nos recostamos en el césped.- Mira, una estrella fugaz –dije señalando al cielo. –Pide un deseo.
- Mi sueño ya se hizo realidad –respondió Emilio. Se inclinó dejando un pequeño beso en mis labios. –Me case contigo –añadió.
Volvió a besarme pero ahora no era un beso corto, era un beso lleno de amor y pasión. Un beso que envió corrientes eléctricas por todo mi cuerpo.
Simplemente era el día más feliz de mi vida.
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Queda un capítulo más y el epílogo para que esta historia llegué a su fin.
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Un chico de Krypton y un chico de Daxam; Emiliaco (adaptación)
Ciencia FicciónJoaquín es de Krypton y Emilio de Daxam. Y muchos dirían que lo suyo fue amor a primera vista, a pesar de que sus planetas de origen no se llevaban bien, así que cuando la madre de Emilio aparece inesperadamente en sus vidas, provoca tensión entre e...