021.

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Advertencia: Este capítulo es una montaña rusa de emociones. ⚠

Get ready, bitches.

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—Te veo luego, ¿okay?

Dijo Jungkook inclinándose hacia Jimin para darle un corto beso en los labios antes de irse a trabajar.

—Okay —respondió el rubio quien se encontraba leyendo sobre el sillón— Ten un buen día.

El pelinegro sonrió, colocándose una mochila en su hombro y dirigiéndose a la puerta.

—Pórtate bien.

—¿A qué te refieres? —frunció el ceño—Si estaré aquí todo el día...

—Sólo era un decir —rió y seguidamente le lanzó un beso antes de salir— Chao.

Finalmente se fue, Jimin permaneció en su posición durante unos minutos, continuando su lectura pero teniendo sus oídos agudos para poder escuchar como Jungkook tomaba el ascensor y bajaba. Esperó un poco más, dejando después su libro al lado y asomándose a la ventana para observar el preciso momento en el que Jeon abandona el edificio en su auto, perdiéndose completamente a la distancia.

Y de forma inmediata, se dirigió rápidamente a tomar las llaves de su auto y celular para tenerlos en sus bolsillos, obvio también las llaves de su antigua casa. Se colocó un abrigo y en cuestión de segundos ya estaba abandonando el apartamento. Antes de que Jungkook se fuera, se había encargado de dejar su auto en el estacionamiento así que no fue difícil encontrarlo. Salió tranquilamente del edificio en dirección hacia donde antes vivía.

No tardó mucho en llegar pues no hubo mucho tránsito de por medio en las calles, sin embargo pudo notar de inmediato que el auto de Taehyung se encontraba afuera y frenó en seco, abriendo sus ojos de par en par.

—Mierda —soltó, aferrando su agarre en el volante y mordiendo su labios con nerviosismo— Mierda, mierda, mierda... —susurró para sí mismo mientras pensaba en qué hacer.

Se suponía que Taehyung estaba trabajando. ¿Qué hacía su auto allí? Pensó en devolverse y hacerle caso a Jungkook de ir mañana juntos, pero entonces pensó que no valía la pena si ya estaba allí. No podía echarse atrás ahora. Y aunque le provocaba cierto pánico entrar, se autoconvenció de que podía hacerlo.

Y lo hizo.

Soltando un fuerte suspiro, estacionó el auto en la orilla más cercana y salió, avanzando hasta la entrada con las manos metidas en su abrigo mientras el viento revolvía su cabello.

Introdujo las llaves en el portón para abrirlo de la forma más silenciosa que pudo, seguidamente caminó hasta la puerta principal y tomó el pomo. Después de otra profunda respiración, se armó de valor y abrió lentamente la puerta, asomando primero su cabeza. Enseguida se percató de que había silencio, mucho silencio. ¿Estaría realmente Taehyung allí? Entró completamente, cerrando con cautela la puerta detrás suyo y observando de inmediato la gran cantidad de botellas de alcohol que habían en la mesa, suelo y sillones.

Tragó saliva, pensando en que el azabache seguramente se había acabado todas las reservas que tenía o mandó a traer, quién sabe. Realmente no le interesaba. ¿Y si salió a comprar más en la tienda que estaba cerca?

Sin embargo sus sospechas fueron en vano pues inmediatamente escuchó unos pasos acercarse y cuando giró su rostro, se encontró con lo obvio: Taehyung.

El mencionado se detuvo de golpe al verle, mirándole completamente anonadado, luciendo extrañamente impecable y elegante. Park se encontraba igual, incluso peor. Parecía como si ambos hubiesen quedado en shock por unos segundos.

Coffee & Milk ✧ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora