Capítulo 2

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El calor durante la noche era casi infernal. Ambos tuvieron que deshacerse de sus prendas quedando únicamente en ropa interior, pero a pesar del calor, ambos sintieron la necesidad de dormir abrazados, aferrados el uno al otro.
Jungkook despertó al sentir el calor y la luz del sol sobre su piel. Sunhee aún seguía dormida, sobre el pecho sudoroso de él. Jungkook la observó, acariciando su rostro delicadamente al mismo tiempo que secaba unas gotas de sudor que caían por su frente.
((No puedo creer que después de todos estos años odiándonos, terminaríamos así. Lo que pasó ayer fue... indescriptible.)) Pensó Jungkook y casi por instinto, no pudo evitar esbozar una sonrisa. ((Pareces un ángel. Quién diría que despierta fueras tan tremenda.))

Después de lo que sucedió entre ellos, y en vez de hacerlos sentir incómodos, fue todo lo contrario. Se pasaron hasta las altas horas de la noche platicando y recuperando el tiempo perdido, sin importarles pedir ayuda; prefirieron quedarse ahí, juntos.
Jungkook observaba su cuerpo con deseos. Los senos de Sunhee llenaban perfectamente el sostén. Jungkook sintió un impulso de besarlos y lamer el sudor que emergían sus poros.
((¿En qué momento dejaste de ser esa niña latosa y berrinchuda para convertirte en esta hermosa mujer, con una sensualidad y un cuerpo capaz de enloquecer a cualquier hombre?)) Pensó él. No podía dejar de mirarla, se le podía ir la vida observando su cuerpo y su rostro angelical. Y justo en ese momento, una voz interrumpió sus pensamientos...

—Hmm... perdón, pero creo que podría resultar peligroso permanecer aquí, y con las ventanas abiertas. —Dijo un hombre asomándose por la ventana, era más o menos de la edad de su padre.
Jungkook instintivamente agarró su camisa y cubrió el cuerpo medio desnudo de Sunhee.
—Hmm... sí, es que... nos quedamos sin gasolina.
El señor le sonrió.
—Creí que ese tipo de cosas no le pasen a personas como usted.
—¿Podría ayudarnos? —Le preguntó Jungkook, molesto.
—¡Pero claro! Los espero en mi camioneta, así les doy tiempo de vestirse. —Dijo sonriendo y mirando a Sunhee. Jungkook acomodó aún más la camisa, asegurándose de que nada estuviera al descubierto.
—Gracias. —Respondió, sumamente irritado. El hombre sólo se limitó a sonreírle y se alejó en dirección a su camioneta. —Sunhee, hermosa, despierta. —Le susurró en su oído.
Ella emitió un pequeño sonido como de molestia, pero finalmente, abrió los ojos despacio.
—¿Qué hora es?
—Hora de por fin salir de este horno. —Le anunció Jungkook.
—Oh. ¿Tienes mucho tiempo despierto? ¿Por qué no me despertaste antes?
—¿Cómo querías que te despertara? Sí así dormidita te veías más bonita. —Dijo, acercándose a ella y robándole un pequeño beso. Sunhee sonrió.
—No te aproveches, Kookie. Lo que pasó entre nosotros fue sólo una locura causada por el calor. No te creas tan afortunado, eh. Que no se te olvide que yo te odio. —Le dijo ella, devolviéndole en beso. JungKook se rió.
—Cómo tú digas.
—Ay, Jungkook . ¿Me quieres ahogar con esto? —Tiró la camisa y se sentó. —¿En dónde está mi ropa?
Jungkook no le contestó, estaba embobado con el cuerpo semidesnudo de Sunhee.
—¿Por qué no mejor... —La jaló nuevamente hacia él. —...te quedas así? —Deslizó su mano dentro de su braguita, empezando a acariar esa zona lentamente. Ella cerró los ojos por unos segundos, pero luego tomó su mano.
—¿Qué te parece si lo dejamos... para después? —Murmuró con la voz seductora, acercando la mano la mano de Jungkook que estaba en su feminidad hacia los labios de él. Lo miró fijamente. Jungkook lamió sus dedos sin desviar su mirada de la de Sunhee. Y con un dedo aún en su boca, ella lo besó.
—Eres... increíble. —Le dijo Jungkook. Ella sonrió y salió del auto. —¡Sunhee! ¿A dónde crees que vas? ¡Estás desnuda!
Ella sólo se limitó a sonreirle, le guiñó un ojo y le mandó un beso con la mano.

Sunhee entró por la puerta principal de la enorme casa, arrastrando una de sus maletas, y Jungkook entró detrás de ella con la otra.
—¡Por fin llegamos! Lo primero que haré será darme una ducha de pies a cabeza.
Jungkook se acercó a ella y rodeó con sus brazos su cintura.
—Me imagino lo exquisita que te verías... toda enjabonada...
Sunhee sintió cómo le pulsaba su vagina, y sonrió; apartándose de él.
—No tienes ni idea.
((Me muero por averiguarlo, y por probarte de nuevo. ¡Eres única!))
—¡Mamá! ¡Ya llegamos! —Gritó ella. —¿En dónde estarán?

Sabor a ti - Jungkook [+18] ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora