Sabor a ti - Jungkook [+18] ADAPTADA

Capitulo 47

El suelo al rededor de su cabeza se llenó completamente de sangre.

—¡Jungkook —gritó Sunhee mientras se dejaba caer a su lado llorando histericamente y levantando un poco su cabeza—. ¡Jungkook por favor, no me hagas esto!

Intentó desesperadamente hacerlo reaccionar.

—¡Jungkook mi amor! ¡Despierta! ¡Jungkook..!

Sunhee miró sus manos horrorizada, estaban llenas de sangre.

Corrió hacia el teléfono y marcó como pudo el teléfono de emergencias.

—¡No me hagas esto, Jungkook ¡No me dejes!

Pero sus dedos ensangrentados junto con los nervios y la desesperación le impedían marcar correctamente el número del hospital.

—¡Maldita sea!

—¡Suelta ese teléfono!

Sunhee se paralizó cuando escuchó la voz de Kristen a sus espaldas.

Ella volteó lentamente, con la esperanza de que sólo se hubiera imaginado su voz, pero ahí estaba ella, con una pistola en la mano y mirando fijamente con odio y rabia a Sunhee.

—¡Te dije que soltaras ese maldito teléfono!

—¡¿Por qué haces esto?! ¡Estás loca!

—Tal vez sí... —le dijo tranquilamente.

—¡Eres una imbécil! ¡Si algo le pasa a Jungkook te juro que te...!

—Me juras que qué, estúpida.

Sunhee se arrepintió de inmediato de sus amenazas, y decidió que lo mejor era suplicarle.

—Kristen, por favor...

—¡Callate! ¡Maldita golfa! ¡No quiero escucharte!

Sunhee no sabía que hacer, negó ligera e importentemente con su cabeza, aterrada por lo que pudiera hacer Kristen. Y aún más atemorizada cuando pensó en sus pequeños niños, que estaban durmiendo en el piso de arriba.

—¡Mírame! ¡Mira lo que has hecho de mí!

—¡Yo no te hice nada!

—¡Te equivocas! ¡Todo fue por tu culpa! ¡¿Me oyes?! ¡Tu maldita culpa!

Jungkook comenzó a moverse lentamente, quejándose del dolor, pero aún mantenía los ojos cerrados.

—¡Jungkook — Sunhee corrió de nuevo hacia él—. ¡Mira lo que le has hecho!

—Me alegro. Aunque mi intención fue otra —dijo para sí misma—. ¡Ojalá se muera!

Sunhee la fulminó con la mirada.

—No sabes el gusto que me hubiera dado verte la cara de estúpida el día que creíste muerto a tu hijo.

Sunhee sintió cómo la sangre le empezó a hervir de la rabia que iba creciendo en su interior, recordando todas las lágrimas que había derramado por su bebé, por haberse perdido los primeros dos años de su vida y de tener que luchar ahora por su cariño.

—¿Sabes algo? —le dijo, secándose las lágrimas con coraje y poniéndose de pie, con una mano oculta detrás de su espalda.

—¿Qué, estúpida?

Sinhee sonrió con maldad.

—Tú y yo, maldita perra, tenemos un asunto pendiente.

Antes de que Kristen supiera lo que Sunhee tramaba, ella le lanzó con toda la fuerza que pudo a la cabeza el frasco grande de mermelada, provocando que cayera inconsciente al suelo.