Capitulo 19

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Birgit se encontraba curándole la mano derecha a Jungkook, mientras que Sunhee le curaba la otra.

Él sólo observaba sus heridas, provocadas por los golpes que le había propiciado por la mañana a Gustav.

Estaba tan enojado y con tanta adrenalina que en ese momento no se percató de ellas, y mucho menos las vio cuando hacia el amor con Sunhee.

—¿Te duele? —Preguntó Sunhee.

—No.

—¿Seguro? Mi amor yo... me siento mal por...

—Ni te atrevas a decirlo. ¡Ese maldito lo tenía bien merecido! Y aún tengo ganas de partirle la cara de estúpido que tiene.

Birgit dejó de limpiar la herida, y lo observó seriamente.

—Jungkook, por Dios. Ojalá y no te hayas metido en problemas. Ese tal Gustav del que me contaron es hijo de unos de los socios de tu padre.

—¿Y? Por mí que se muera el maldito.

—Jungkook, ¿y por qué tanto odio? ¿Le hizo algo a Sunhee?

Jungkook y Sunhee intercambiaron una mirada rápida.

—Es un imbécil que se quiso aprovechar de ella, eso es todo.

Sunhee se puso de pie.

—Iré por más hielo. —Su voz sonó algo triste.

Sunhee la detuvo por el brazo.

—Esta noche vamos a cenar tú y yo solitos. Así que más tarde te me pones aún más hermosa de lo que de por sí ya eres. —La jaló suavemente hacia él. —Aunque creo que eso sería imposible. —Sonrió tiernamente y la besó.

—Ya vuelvo.

Sunhee se alejó y desapareció entre la cocina.

Birgit miró a su hijo, y sonrió.

—La quieres mucho, ¿verdad?

—La quiero, la amo... ¡la adoro! Mamá, te juro que estoy loco por ella. No comprendo aún cómo es que estuve todos esos años sin ella.

—Que raro eres, Jungkook. Pero no sabes el gusto que me da oírte hablar así. Y también me alegra que por fin hayas encontrado el amor, no que esas benditas relaciones de una noche... —negó ligeramente con la cabeza. —...no te iban a llevar a ningún lado. Pero bueno, les deseo toda la felicidad del mundo.

Jungkook miró fijamente a su madre, dibujando después una gran sonrisa en sus labios, al mismo tiempo que buscaba algo en su bolsillo del pantalón.

—Quiero enseñarte algo.

Puso una pequeña cajita negra sobre la mesa. Birgit abrió los ojos en asombro.

—¡Jungkook! No me digas que...Pero antes de que terminara la frase, Jungkook abrió la pequeña caja, dejando ver su contenido: era un hermoso anillo de diamantes.—¡Jungkook! ¿Le pedirás matrimonio? Pero que pregunta más tonta. —Se reprendió a sí misma. —Pero si me dijiste que apenas habían empezado su noviazgo.

—Eso no importa, mamá. No tengo la menor duda de que Sunhee es con quién quiero pasar el resto de mi vida. La necesito a mi lado. Quiero que sea ella mi esposa, la madre de mis hijos... mi todo. Birgit sonrió.—Qué cursi me oí, ¿no?—Para nada, mi amor. Tienes todo mi apoyo. Pero hay algo que sí tengo que pedirte, Jungkook... dale tiempo. Yo sé que tú estás más que convencido de que quieres compartir tu vida con ella, pero Sunhee, no lo sé. La siento algo temerosa, creo que necesita más tiempo.

Sabor a ti - Jungkook [+18] ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora