Capitulo 37

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Simone recibió a Sunhee y a Jungkook con besos y abrazos, feliz de tenerlos de vuelta en su casa.

—¿En dónde está Nikki? ¿Se portó bien?

—Mi nieta es un angelito,  —Simone respondió orgullosa a la última pregunta de Sunhee —no sé porque dicen que es muy traviesa.

—Te la dejaré por un mes, y te apuesto a que cambias tu forma de pensar —rió ligeramente Sunhee.

—¿Un mes sin mi princesa? No lo creo, eso sí que no —Jungkook rebatió bromeando.

Y las risas de Nikki y John, éste último intentando imitar el relincho de un caballo, los distrajeron a los tres.

Cuando entraron al estudio, vieron que Nikki estaba arriba de la espalda de su abuelo, mientras que él, y de rodillas, daba vueltas por toda la habitación.

—Recuerdo que me encantaba jugar así —sonrió Jungkook.

John y la pequeña Nikki voltearon hacia la puerta al escuchar la voz. Nikki sonrió de oreja a oreja al verlos, al mismo tiempo que extendía sus brazos hacia ellos.

—Lo sé, te encantaba. —John sonrió también al recordarlo. —Pero tengo que confesar que mi cuerpo ya ha perdido su condición física.

Jungkook se acercó hacia ellos, cargando entre sus brazos a su pequeña y dejando un tierno beso en su mejilla en forma de saludo.

—Ahora es tu turno, Jungkook.

—Ya lo creo —sonrió él, besando nuevamente la mejilla de su hija.

—Muchas gracias, —Sunhee se acercó caminando con paso lento hacia ellos —y perdón si ésta señorita les dio mucha lata.

—Para nada. Sabes que me encanta su compañía —respondió John.

Sunhee sonrió en respuesta, cargando a su pequeña de los brazos de Jungkook.

—Bueno, los dejaremos solos para que hablen —informó Simone.

—¿Para que hablemos? ¿De qué? —preguntó John, confundido.

Sunhee se encontraba dándole de comer a Nikki con Simone a su lado, en la terraza. Sunhee ya  había puesto al tanto a su mamá acerca de Kristen y su hijo.

—No puedo creer que esa mujer haya sido capaz de largarse de esa forma con el hijo de Jungkook —suspiró Simone, indignada.

—Lo sé, y sigo sin comprenderlo porque a mí nunca me cayó bien esa tipa hueca, pero no pensé que estuviera tan safada.

—¿Y están completamente seguros de que es su hijo?

—Jungkook dice que es su viva imagen... y algo me dice que no está equicovado... —desvió su mirada, triste, hacia otro lugar.

—Mi amor, no te preocupes por eso, Jungkook te ama demasiado y no creo que esto cambie algo entre ustedes.

—Lo sé, mamá —sonrió debilmente.

—¿Entonces? ¿Por qué pones esa carita?

Sunhee se quedó callada por unos segundos, para después mirar a su madre directamente a los ojos con su mirada cristalizada.

—¿Qué sucede, mi amor? ¿Por qué lloras?

—Mamá, no sé qué me pasa, es sólo que... desde ayer yo... yo estoy así de mal.

Simone se acercó más a su hija para poder abrazarla.

—¿Pero qué pasó? ¿Por qué te sientes así?

Sabor a ti - Jungkook [+18] ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora