14: Después

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SeokJin lo observó, apoyado de un codo sobre la almohada y con el cabello desperdigado en todas las direcciones. Esbozó una sonrisa, estirando una mano y deslizando un dedo por la curva desnuda que la sábana caída dejaba entrever.

El reloj marcaba las siete en punto.

El alfa ladeó la cabeza cuando JiMin hizo un puchero, rodando en la cama y quedando boca arriba. La sonrisa que tenía se ensanchó mientras se movía, resbalándose entre sus piernas y apretándole los dedos en las rodillas; su boca dejando pequeños besos en el largo del cuello del Omega, deteniéndose en la bonita gargantilla y besando de nuevo más abajo.

No era que quisiera despertarlo, solo quería quedarse ahí. Observándolo y dejando algunas huellas del paso de sus labios por su piel. Aunque tampoco iba a quejarse cuando las manos pequeñas le jugaron con el cabello.

Elevó la mirada a los ojos entrecerrados y adormecidos del Omega.

—¿Qué? —Preguntó, suavemente. Como si ser muy brusco pudiera romper la burbuja imaginaria de tranquilidad. —¿Te desperté?

—Sí. —JiMin se quejó y SeokJin se rió.

—¿Debería disculparme? —Suspiró con fingido agobio, observándolo desde arriba. —¡Bah! No es demasiado grave. Puedo compensarte después...

JiMin ladeó la cabeza. —¿De verdad? ¿Qué será está vez? —Rió bajito. —¿Un colgante de diamantes?

—No me provoques.

—Oh, ni te atrevas a pensarlo. —Quejó. Empujó la cabeza hacia abajo y le dio un beso rápido.

SeokJin se estiró, saliendo de encima y dándole una ojeada mientras se levantaba. Torció los labios y deslizó el mar que eran sus ojos por sobre su figura con interés. Repentinamente arrepentido de haberse levantado de la cama.

JiMin le sonrió. —¿Por qué mejor no me compensas ahora?

SeokJin asintió, escalando por el colchón y atacando sus labios carnosos con ahínco, deslizando la mano por dentro de la sábana y acariciándole suavemente las piernas desnudas. Mimando la piel con sus dedos y avanzando sobre el otro.

Lubrica. —Ordenó.

JiMin se estremeció y cuando el alfa descendió la mano y palpó su culo, las sábanas bajo su cuerpo y él, estaban húmedos. Su agujero dilatado preparado lo suficiente para pensar en sexo duro.

El celular del alfa sonó.

Fue un ruido lejano y al que JiMin le restó importancia cuando SeokJin también pareció desinteresado, metiéndose entre las sábanas y alzándose sobre él con los ojos bañados en algo escalofriante.

JiMin se sintió caliente, entonces. Muy caliente, con las manos del alfa corriendo por su piel y rozando sus pezones.

El celular volvió a sonar.

SeokJin le sonrió con pena. —No quieren dejarnos. Será para después. —Dijo, apartándose y JiMin soltó un resoplido divertido.

Él no quería que fuera después. Pero no le quedaba más que esperar.

—¿Vas a levantarte?

—Me quedaré otro poco aquí. Hace frío. —Aseguró.

SeokJin le dio un beso en la comisura de la boca y se marchó, desapareciendo de su vista.

El Omega ojeó desde su posición en la cama cuando estuvo solo, algo aburrido y sin poder volver a dormir por el calor que aún no disminuía. Hizo un puchero. La habitación, a la que JiMin no le había tomado mucho detalle antes, captaba de alguna manera sorprendente lo que conocía del carácter del alfa.

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