26. Involucrarse sentimentalmente con el enemigo no es un trabajo.

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Gabriella:

Desperté al día siguiente de que me sacaran la bala del hombro o al menos eso es lo que me comenta Ángelo.

—Me alegra que estés mejor.—Dice apretando mi mano. 

La suelta y sonríe despacio.

—Apenas me entere, volví.

—¿Cómo esta Selina y su bebe?

—Ella está bien, tuvo un niño muy sano.—Me asegura.—Me fui en cuanto me di cuenta que hacia un mal tercio.

Solo lo miro.

—¿Por qué me miras así?

—¿Cómo es que la policía llegó al almacén?

Ángelo no dice nada.

—En el mensaje que te deje solo dije que debía decirte algo importante, no especificaba nada.

—Gabriella..

—Ángelo... Tú.. ¿Me has puesto vigilancia?

Su mandíbula se aprieta.—No tenemos que hablar de eso.

—Responde sí o no, solo eso quiero oír.

Sus ojos me observan.

—Lo hiciste..

—Sí, lo hice.—Me confirma el.—Y no me arrepiento con el resultado que obtuvimos, de no ponerte vigilancia no estarías en este hospital, sino en una morgue.

—Debo agradecer por eso.

—Sí, debes hacerlo.—Responde, él se toma un respiro tratando de controlarse.—Estoy decepcionado.

Mis labios se aprietan.

—Pero debí intuirlo.

—Es por eso que me pusiste vigilancia.

—Lo es.—Me confirma.—En cuanto me di cuenta de los cambios en tus actitudes y el querer permanecer en la operación.

—¿No podías entender que solo quería hacer mi trabajo?

—Involucrarse sentimentalmente con el enemigo no es un trabajo.

—Ya te dije que no es venganza, es justicia, Giovanni.

—Sabes perfectamente que no hablo de Giovanni.

Mis labios se cierran y mi mirada baja.

—Te enamoraste de Dante Grimaldi, Gabriella.

Mis ojos vuelven a subir a su rostro.

—¿Sabes cómo comprometió la misión que tuvieras sentimientos por él?

—No estoy...

—No hace falta negarlo.—Me interrumpe.—Lo encubriste y lo protegiste.. ¿No es lo que hacen cuando estás enamorado o hay alguna razón más?

Trago saliva.

—¿La agencia sabe sobre eso?

—No.

Abro los ojos.

—Oculte esa información, la agencia ni el jefe saben que ocultaste información valiosa porque te enamoraste del objetivo.

El corazón se me acelera.

—Eso ya no importa y no necesitas sermonearme, ya entendí quién es Dante Grimaldi.

—Lamento decir esto, pero te lo advertí.—Pronuncia.—Quizás tuviste la idea que cambiaría por ti, pero estamos hablando de uno de los mayores proveedores de droga de Sicilia.

La única que guardo sentimientos fui yo, ahora ya no me queda duda de eso.

—Quiero decirte que atrapamos a Giovanni Colombo.

Alzo mis cejas.

—Debido a los cargos bastante comprobados en su contra se le sentenciara sin un jurado presente, aunque aún no sé qué hacía en el almacén.

—Quería su confianza.

—¿Qué?

—Por eso me atrapo y le dijo quién era, Dante Grimaldi necesita pruebas para confiar en alguien.

Como lo hizo conmigo.

—Yo era su prueba, Dante seguro le pidió una y Giovanni solo necesitaba decir quién era yo y comprobarlo para obtener al menos un poco de su confianza.

Ángelo se me queda observando.

—De todas formas si deseas verlo, puedes hacerlo.

Asiento con la cabeza.

—Eres parte de la agencia, nadie va a impedírtelo.

Asiento con la cabeza.

—Es todo.—Ángelo se pone de pie.—Hiciste un buen trabajo, mereces descansar.

Asiento con la cabeza.

—Fue agradable trabajar contigo, Gabriella.

Y yo desearía que no.

No haber aceptado esta misión jamás.

Dentro de la Mafia  (#4 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora