Dentro de la Mafia (#4 Hijos de la Mafia)

19. ¿Te has involucrado emocionalmente con tu misión?

Gabriella:

El sexo esa noche fue increíble.

Después de llegar de Ponte Vecchio, fuimos directo a la habitación de hotel, Dante estaría ocupado todo el día siguiente y yo me mantendría en el hotel encerrada mientras él hacia lo suyo hasta llegar a la hora de la cena.

Me atrapo en brazos a penas llegamos a la habitación, cerró la puerta y me cargo hacia el dormitorio, rápidamente me quito el vestido y observe como se desnudaba.

Comenzó a probar de mí, saboreando de mis pechos mientras yo me retorcía por debajo, entonces solo me giro, mi cabello fue hacia adelante y su mano la cogió en una coleta mientras se ubica en mi zona posterior.

—Dante...—Dije su nombre y el me silencio.

Solo me estímulo y sentí la estocada tan fuerte que mi cuerpo vibro, se movió hacia adelante y grite.

Su mano tiro de mi cabello y mientras me apoyaba en mis cuatro patas, sus embestidas no pararon, llego al punto en que mis piernas temblaron y el me envolvió con sus brazos, su polla se movía con fuerza y su mano dejo mi cabello para cubrir mi boca, gemí con su palma cubriendo y mordí sus dedos.

—è così bello fotterti, Gabriella.

Deja ir mi boca y gemo sin aguantarme para nada, Dante lleva su pulgar a mi labio y mientras sus estocadas siguen apretando mi culo, mordisqueo su pulgar y chupo de él, lo siento más duro y cuanto más duro va no puedo aguantar más, bajo la cabeza y dejo que me de todo lo que tiene hasta finalizar.

Caigo rendida y el sobre mí, permanecemos desnudos sobre la cama y me acurruco contra el para besar sus labios.

Retira mi cabello hacia atrás y me besa, sus ojos me miran detenidamente.

—¿Qué sucede?

—Me harás falta mañana.

Mi corazón se aceleró.

Y aun así me las arregle para mostrarle la personalidad que he llevado dándole desde que lo conocí.

—Solo será por el día. —Pronuncio. —Podremos repetirlo cuando regreses.

Sonríe y me besa.

—Eres insaciable. —Murmura sobre mi boca. —Antes de irnos será.

Antes de irnos.

Había olvidado que debíamos volver.

(*)

—Asesinaron a mis ojos dentro.. ¿Qué se va a hacer?. —He aprovechado para llamar a Ángelo. —Solo me quedas tú.

—Lo haces ver como si fuera lo peor.

Él se ríe.

—¿Qué tal Florencia?

—Conocí Ponte Vecchio.

—No me digas.. ¿Hiciste un promesa con Dante?

No respondo y ahora su tono es serio.

—¿Gabriella?

—Solo es simbólico.

—¿Lo es?. —Me pregunta . —¿Para quién?

—¿Qué?

—¿Para cual de los dos es simbólico?

Mi corazón se acelera.

—¿Qué estas tratando de decirme?

—Que no me interesa hasta dónde has llegado, pero si has comenzado a tener sentimientos que comprometan esa operación, lo mejor será que te retires.

—¿Piensas sacarme solo o así? Gracias a mi estamos cerca..

—Y podrías arruinarlo todo también.

—Angelo..

—Así que te pregunto de frente. —Me dice. —¿Te has involucrado emocionalmente con tu misión?

Bajo la mirada.

—No.

—No te escuchas segura.

—Esa es mi voz, es todo.

—Gabriella si lo que necesitas es retirarte..

—No haré eso. —Respondo . —Te llamare después.

—Gabriella..

Cuelgo la llamada y dejo el móvil.

Independientemente de lo que me hizo sentir Dante en Florencia.

Finalmente debía volver a mi realidad.

Donde yo era una agente encubierta y él era Dante Grimaldi, el hombre que debía atrapar.