Gabriella:
Esta dormido.
Al abrir los ojos todavía lo encuentro aquí, observo su atractivo rostro y mi corazón se acelera, entonces me giro y veo el arma en la cómoda.
Lo cojo y al volverme hacia él, lo encuentro despierto, observando el arma ahora en mis manos con la mandíbula apretada.
Aprieto con mis dedos y se lo extiendo, mi actitud lo sorprende un poco, pero de igual forma lo toma.
Nuestros dedos se rozan, Dante se quita las sabanas.
—Aun no te vayas. —Le pido.
Sus ojos azules me observan, solo me observan, entonces se levanta de la cama y comienza a vestirse.
Siento decepción en la cama mientras permanezco sin moverme.
Nada ha cambiado.
Se supone que es algo que ya sabía.
Y aun así duele.
(*)
Me coloco solo una blusa mientras Dante termina por abrochar los botones de su camisa.
Todo el tiempo evitando tener un contacto conmigo.
—¿No ha significado nada para ti lo que me dijiste anoche?
Sus ojos me observan.
—Todo lo que dije es cierto. —Me responde. —Incluso mientras te cogía, Gabriella.
"Yo también te amo, Gabriella"
—Pero nada va a cambiar.
Trago saliva.
—Dante, yo..
Golpean la puerta, Dante coge el arma de la cómoda y me apunta con ella.
—¿Esperas a alguien?
—Es Ángelo.
Sus ojos me observan con enojo.
—Un hombre.
—Sí, el..
—Estas esperando a un puto hombre.
—Es solo mi amigo.
—No me interesa. —Me asegura. —Has que se vaya porque si entre voy a reventar sus sesos contra la pared de este departamento.
El corazón me late muy rápido.
Dante mueve el arma en mi dirección mientras se acerca a mí.
—Has que se marche, Gabriella.
Trago saliva, el me coge del brazo y me lleva hasta la puerta, la abro a medias y siento el arma apuntándome en la espalda.
—Ángelo..
—¿Por qué aun no estas cambiada? Son las 9.
—Yo.. no me he sentido un poco bien.
Ángelo frunce el ceño.
—¿De que hablas?. —Me pregunta y cuando temo lo peor, él lo dice. —Estabas perfectamente en nuestro viaje a Apulia.
Mierda...
—Solo.. estoy can..
Me detengo, siento el arma deslizarse por mi cintura y presionar en mi trasero, luego Dante cambia el arma por su amplia mano y la mete haciendo a un lado mi blusa, sus dedos me estimulan y es claro el mensaje.
Quiere que me apure en echar a Ángelo.
—Necesito descansar. Te veré mañana.
Ángelo suspira.
—Si hubiera sabido que nuestro viaje.
Nuestro viaje..
—Te veo mañana, Ángelo.
Cierro la puerta y su expresión me dice que me ha creído, no parecía extrañado, solo que lo comprendía.
Me quedo de pie y la mano de Dante deja de tocar mi culo.
Sus palabras llenas de enojo y celos no tardan en salir.
—¿Te has ido de viaje con ese hijo de perra?
Cierro los ojos.
—Respóndeme, Gabriella.
Me vuelvo hacia él.
—Es mi compañero.
El sonríe.—Y sigues mintiéndome.
Mis puños se aprietan.
—Estoy cansada que sigas diciéndome eso. —Pronuncio y me observa con esa misma expresión enojada. —No te estoy mintiendo, Dante.
Se lo aseguro una vez más aunque él se niegue a creerlo.
—No lo hice cuando te dije que te amo y no lo hago ahora, pero ya me canse.
Dante frunce el ceño.
—Piensa y cree lo que quieras creer, no voy a seguir insistiendo en que confíes en mí. Ya no.
Me observa en silencio.
—Ahora si me disculpas, sigue con lo que ibas a hacer, irte de mi departamento.
Lo que hace es guardar el arma.
Dante no agrega nada más y se marcha.
Quizás entendiéndolo, quizás no, solo sé que yo no lo detengo porque él no tiene intenciones de quedarse.
"Quiero matarte y luego pegarme un tiro en la sien porque no puedo vivir en un mundo donde tú no este"
A esto hemos llegado.
¿Realmente es la única forma?
No, no es verdad, para mi no lo es.
Pero eso no importa.
No mientras sea la única forma que existe para Dante Grimaldi.
Hola..
Hoy llegamos hasta aquí.
Nos leemos.
>>Yiemir.
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Dentro de la Mafia (#4 Hijos de la Mafia)
RomanceLa agente antinarcoticos, Gabriella Rizzo, tiene una ultima misión o lo perderá todo. Infiltrarse en la organización de Dante Grimaldi, conocido y sospechoso en ventas y fabricación de productos y sustancias ilegales: Drogas. Gabriella solo debe con...