- Ten.

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𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐓𝐞𝐧: You're fucking gay.

❝ No quiero ser un hombre,quiero ser un adolescente dominado por la angustia

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❝ No quiero ser un hombre,
quiero ser un adolescente dominado por la angustia.
Que no puede enfrentarse a sus demonios interiores
y por eso ataca verbalmente a otras personas ❞.







Narrador Omnisciente

Nuevamente, la cuarentena seria corrompida, por un grupo de amigos raperos, quienes organizarían una joda, en la residencia de Cachavilano. Si, otra vez.

Obviamente, Mateo iría, y obviamente, convencería a Manuel de hacerlo también. Uso todos sus encantos, repartió una infinidad de picos por el rostro del mayor, e incluso, le prometió, y dio ciertas cosas, solo para que fuera. 
Realmente, Biquard sabia que no era necesario que hiciera eso, pues con un simple "por favor", hubiera aceptado. Pero lo echo esta echo.

El susodicho rebuscaba en su armario, algo que ponerse, aun que realmente, no era tan importante, ir perfecto, tampoco iba a una gala. Encontró algo de su agrado y lo dejo en la cama. Entro al cuarto de baño, abrió el grifo, y se deshizo de su ropa para después entrar a la ducha. Terminó con su aseo personal y salió del cuarto de baño, con la toalla enrollada en la cintura, para después, quitársela, y cambiarse.
Una vez termino todo lo que tenía que hacer, bajó a donde su madre y hermanos. Le dijo que ya se iba y ella asintió, le dio un beso en la mejilla y al separarse, sintió la penetrante mirada de Ania clavada en él.

Se fue sin decirle nada, pero, de cierta forma, lo hacía sentir incómodo. Caminó hasta llegar a la casa de Palacios, el hermanito lo recibió y le dijo que el menor estaba arriba en su habitación. Vainstein revolvió el cabello de Emilio y le dedicó una gran sonrisa. Amaba a ese niño, y el lo amaba a él. Siempre que Manuel iba a la casa de su chico, el menor lo recibía con un gran abrazó y en ocasiones, saltaba para que Biquard lo cargara, era un amor.

Fue a la habitación de Palacios y toco la puerta unas cuantas veces, para después entrar. Al hacerlo se encontró con un chico de espaldas, con el cuerpo descubierto de la cintura para arriba. Entro a la habitación, y tomo al menor por la cintura, posando su cabeza en la unión de el cuello y hombro del menor. Pudo oler aquella esencia que Corazzina mantenía todas las veces que no tomaba una ducha. 

— ¿De verdad? —. Pregunto risueño el mayor —.

— ¿Qué? —. Pregunto extrañado —.

— No, nada —. Rió, para luego darle vuelta a Palacios, tomarlo de la barbilla y dejar un casto beso en sus labios, para que al separarse, se formara una sonrisa en el rostro de ambos —. Dale, cámbiate —.

Vainstein se sento en la cama, a esperar que el menor terminara de arreglarse, y mientras este lo hacia, el mayor solo podía observar aquel cuerpo, que de vista se miraba tan frágil, como si se fuese a romper con tan solo acariciarle.  Para Manuel, Mateo era sinónimo de perfección, Mateo era perfecto, para Manuel, Mateo Palacios era estúpidamente perfecto.

𝐄𝐘𝐄𝐒 𝐍𝐎𝐒𝐄 𝐋𝐈𝐏𝐒 / Trueplik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora