Aviones de papel [Libro 1]

Capítulo 8

¿Hannia o Annia?

— ¿Por qué cargas tantos libros? — cuestionó, Penélope

— Me preparo para el exámen de Shakespeare en literatura con Sotto

— ¿Y por qué sabes de el si es sorpresa?

— Porque la semana pasada lo citó. Deduce Sherlock

— Lo siento, se me cruzaron los cables. Necesito que me expliques con manzanas, o fresas, me gustan más

— Sotto no deja de usarlo de ejemplo para casi cualquier cosa que dice, y siempre que hace eso termina por hacer un exámen sorpresa sobre él

— Hablando de sorpresas — Jenell se unió a la conversación — Te vi llegar en un coche que no era de ninguno de tus padres

— Ah, sí...

— No me digas qué te trajo quien creo que te trajo

— Sí crees que me trajo quien creo que tú crees que me trajo, pues sí

— ¿Por qué?

— Se ofreció a traerme porque traía todos estos libros y se estaba haciendo tarde

— Vaya, vaya... — siseó la castaña — Al parecer alguien se está involucrando de más con su sexy y guapo vecino

— Estás loca

Pasamos rápido a nuestros casilleros por nuestras batas de química, dejamos unos libros y de ahí nos fuimos al aula.

— Ya me quiero ir. Estoy cansada y tengo hambre. No he comido nada

— En el descanso comiste papas fritas, una soda, pudin y galletas — le recordé a mi amiga que recién se encontraba comiendo una gomitas

— Eso fue hace cuatro horas

— Lloverá en el desierto el día que no quieras comer — se mofó la otra

— De verdad tendría que estar mal para que eso pasara, pero por ayudar al desierto puedo hacer un esfuerzo

— Hola, chicas — Tom hizo acto de presencia

— Creímos que ya no volverías — confesó la castaña, cediendo toda su atención al chico

— Son mis amigos, no puedo dejarlos así como así