Aquí había un chiste que yo no entendía
Chris
— Aquí está la ropa que me pediste — Liv, hizo acto de presencia bajando por las escaleras con un puñado de ropa en brazos
— Gracias, ¿podrías dársela a la chica qué está en mi coche? — miré a Liv por un segundo para verla asentir — Y llévala a tu habitación para que se cambie, por favor
— Claro — salió de casa para ir en busca de Amber
Aunque mi camiseta no le quedaba nada mal a Amber, no podía llevarla así todo el día, así que le pedí algo de ropa a mi hermana para que pudiese cambiarse y estar más cómoda.
Había alrededor de tres cajas con mis pertenencias sobre los sofás color hueso. En realidad no era mucho lo que faltaba por llevarme, y quizá pude haber esperado, pero este día me pareció bueno en particular para venir por ellas.
— ¡Chris! — Livia hizo acto de presencia — ¿Seguro qué trajiste a una chica?
— ¿De qué estás hablando?
— Tal vez la edad te hace alucinar ya — se mofó
La miré mal por un instante antes de regresar mi atención a las cajas que estaba terminando de cerrar.
— Rubia. Ojos grises. Piernas largas. Delgada. Te dije que está esperándome en el coche
— Entonces lamento informarte que tu chica rubia de ensueño a desaparecido por arte de magia
— ¿Qué? — la miré confundido
— No había nadie en el coche
— ¿Cómo qué no había nadie? — indagué aún más confundido
— Quizá Tobie se la comió — se encogió de hombros — Chris, llámala y pregúntale dónde está y deja de mirarme así — agregó ante mi mirada irritada
— No puedo llamarle — maldije a mis adentros al recordar un pequeño detalle — Yo tengo el celular de Amber
— Y ¿crees qué le quede la ropa? — inquirío de pronto — Porque soy hermosa pero no tengo el cuerpo de tus modelos
— ¿Quién dijo qué traje a una modelo?
— Pues no te imagino saliendo con otra clase de chica, y por la descripción eso fue lo que pareció — se cruzó de brazos
— Es mi vecina — miré a través de las paredes de cristal en busca de algún rastro de ella
No podía dejar que algo le pasara o el que tendría problemas sería yo, y todo por culpa de una adolescente. Además, no podía ser tan tonto como para no encontrarla en mi propio terreno.
— ¿Ahora sales con tus vecinas?
— No es lo que crees
— Típica mentira de machos
— Livia... — sobe mi frente con mis dedos — Ahora no tengo tiempo para esta conversación. Debo ir a buscarla
— Agh
Cuando estaba por salir por la puerta que daba hacía el jardín, el quejido de mamá resonando por toda la sala me hizo detener.
— Odio el césped
— ¿Entonces qué hacías allá? — inquirió mi hermana
— Estaba buscando a James — inició relatando — Quería que ayudará a tu hermano con el resto de sus cosas, pero al parecer está muy ocupado con esa niña vagabunda
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Aviones de papel [Libro 1]
RomansaQuién diría que un avión de papel podría unir a dos personas de mundos muy diferentes. Él es un empresario con prestigio, y ahora también es el nuevo vecino de ella, una adolescente controlada por su madre. Y con el mundo en contra ellos podrán enco...