¿Vemos la era de hielo?
Salimos del lugar y sin detenernos corrimos al menos una cuadra hasta asegurarnos de no ser seguidas.
Al llegar a la esquina de la calle, Penélope cayó al suelo por tropezarse con sus propios pies.
— Penélope, llama a tu hermano para que venga por nosotras
— Sip, aquí está mi celular — aún en el suelo sacó su celular de su cartera — Uy..., se apagó — hizo un puchero al ver que no prendía
— Entonces pásame su número — pidió la pelirroja, que ahora mismo era la más cuerda
— ¿Cuál número?
— Él de tu hermano
— ¿Tengo un hermano? — inquirío extrañamente sorprendida — ¡¿Dónde?! — movió la cabeza buscando al susodicho
— Hablo de Austin
— Ah..., ese gorila. No se su número
— ¿Por qué no?
— Porque no es el mío, ¡dah!
Comencé a menear la cabeza al ritmo de la música que sonaba y después comencé a bailar, era pegajosa.
— ¿Tú qué haces? — me preguntó al verme bailar
— Es que me encanta esa canción — seguí bailando
— Amber, no hay música
»Ups«.
— Prohibido para ustedes volverse a embriagar
Chris
Mis dedos se movían incesantemente por las teclas de la computadora aún encendida. Desde hace una hora que había terminado mi trabajo pero me era imposible conciliar el sueño. Lo había intentado ya varias veces pero no logro quedarme dormido, todo por culpa de una chica delgada con caderas anchas y melena rubia.
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Aviones de papel [Libro 1]
RomansaQuién diría que un avión de papel podría unir a dos personas de mundos muy diferentes. Él es un empresario con prestigio, y ahora también es el nuevo vecino de ella, una adolescente controlada por su madre. Y con el mundo en contra ellos podrán enco...