En casa del abuelo
Mis pies se deslizaban por el hielo al son de la música, tomando impulso di un brinco con una vuelta para aterrizar en un sólo pie y seguir andando por el hielo, me deslicé dando vueltas sobre mi propio eje sin despegarme del piso para terminar en cuclillas, levanté uno de mis pies en esa misma posición y después de unas vueltas me reincorporé para seguir patinando.
— ¿Cómo estuvo? — pregunté cuando terminé la coreografía
— ¿Quieres qué te mienta? — pone los brazos en jarras y me mira con dureza. Devin es muy agradable y comprensiva, pero cuando debe toma su papel de entrenadora estricta
— No... — Exhale
— ¿Qué te pasa, Amber? Aunque estuvo bien, tú y yo sabemos que esto no es todo lo que puedes dar
— Ya lo sé. Y te prometo que para el viernes daré el cien por ciento
— Ya veremos si es cierto. Por hoy es todo, puedes irte a tu casa
Ya fuera del hielo, me cambié los patines por los tenis, tomé mi bolso para eventualmente salir del recinto. Me puse una gorra color negro para cubrirme del sol.
— Pero sí es la niña inteligente — una joven alta, bella y de cabello rubio se acercó hasta a mi tomada de la mano de su compañía
— Igual no te importa, pero no me llamo niña — evité a toda costa no mirar a su acompañante
— Olvidé tu nombre, ¿cuál es?
— Susan — contesté a su pregunta
Chris hundió las cejas con confusión, ya que ese no es mi nombre sino el de mi madre, pero no me interesa en absoluto decirle a ella mi nombre.
— Los dejo, tengo cosas que hacer — por un microsegundo miré a Chris
Era la primera vez que lo veía en tres días, la primera vez después de que algo pasó entre nosotros. Duele verlo de la mano de esa chica, y no sé porque.
— ¿No quieres qué te llevemos? Vamos a ir a casa de Chris — eso también dolió
De nuevo Chris y yo compartimos miradas, no pude entender su mirada, no sé si estaba dispuesto a llevarme o si se sentía tan incómodo después de lo sucedido que trataba de decirme que no aceptara. Y para ser sincera, nunca me ha gustado sentir que estorbo, justo como ahora.
— Prefiero caminar — le dije a Annia mientras miraba a Chris. Di media vuelta para irme con el corazón revuelto y confundido
— Sube al coche — me habló por primera vez en tres días
La grieta que se había formado en mi corazón se cerró en automático al escuchar su voz. Pensé que no volvería a dirigirme la palabra, y aunque no debería importarme, si lo hacia.
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Aviones de papel [Libro 1]
RomanceQuién diría que un avión de papel podría unir a dos personas de mundos muy diferentes. Él es un empresario con prestigio, y ahora también es el nuevo vecino de ella, una adolescente controlada por su madre. Y con el mundo en contra ellos podrán enco...