Capítulo 12

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La genética diferente de los hermanos Jostice

La genética diferente de los hermanos Jostice

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Amber.


Han pasado tres días, los cuales los viví completamente fuera de mí. Estaba distraída, confundida, todo el tiempo sentía que buscaba algo, o alguien.
Después de que Chris saliera prácticamente corriendo de casa, me quedé sola el resto de la tarde hasta la mañana siguiente cuando mis padres regresaron del hospital.
Papá dijo que el abuelo tuvo una caída en las escaleras de su casa, por suerte su vecina escuchó un estruendo y fue corriendo para ayudar a mi abuelo. Por suerte la caída no fue algo grave y el sábado iré a visitarlo.
Y con respecto a Chris, prefiero no pensar en el tema, porque si lo hago me siento extraña y llena de preguntas del porque se fue.

Durante estos tres días dejé la ventana abierta, quizá esperando un avión de papel, pero no pasó, incluso llegué a pensar que me evitaba ya que él mantuvo su ventana cerrada y nunca lo encontré en la parada del bus como usualmente pasó con anterioridad.

— ¡Mueve esas nalgotas! — Penélope, llegó brincando hasta a mí en compañía de Jenell

Cerré mi pequeño casillero de los vestidores. La clase de deportes estaba por iniciar.

— La profe nos está llamando — informó la pelirroja

— Vamos, entonces

Salimos de los vestidores hacia el gimnasio donde se encontraba el resto del grupo.

— Empecemos con estiramientos — ordenó la mujer. Sopló el silbato

Algunos decidieron juntarse en grupo para hacer los estiramientos mientras conversaban, y otros sólo fingían hacer algo, y otros pocos, casi nadie, de verdad hacían algo, incluyéndome, pues si algo me caracteriza académicamente es mi desempeño.

— ¡Vamos, vamos! ¡Sigue, vas muy bien! ¡Eres toda una atleta! — exclama Penélope, comiendo de sus papas. ¿De dónde las había sacado? Quizá las tenía ocultas bajo el suéter holgado —

— Calla, que me desconcentras — dije haciendo las flexiones

— Que amargada. Yo que quiero ser tu motivación y tú sólo me desprecias — negó con la cabeza fingiendo indignación, y luego se comió una papa

— ¡Clark! ¿Qué cree que hace? — cuestiona la profesora

— Comiendo — sacude la bolsa de frituras

— No puede hacer eso mientras se ejercita, puede ahogarse y morir

— Pero ella no se está ejercitando — murmuré en respuesta — Así que no hay posibilidad de ahogamiento por ejercicio

— Uhh... — exclamaron los compañeros

— ¿Te burlas de mí? ¿Crees qué por ser muy brillante puedes hablarme así?

Aviones de papel [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora