Cerrar los ojos no servirá de nada...

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- Habla

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- Habla. - le pido.

- Ayer no llegué con ustedes porque la psicóloga y un señor me detuvieron, me interrogaron sobre ti Kris. Negué todo y los mandé a la mierda. No sé que traman, pero tienes que cuidarte. - me advierte mirándome a los ojos.

- ¿Por eso te durmieron? - indago.

- Eso ya no importa. - evade mi pregunta y continúa - ¿Lizzy te han preguntado por Kris?

Lizzy niega con la cabeza.

- ¿Kris, has escuchado las voces? - indaga Lizzy con ternura.

Diles.
Tal vez te puedan ayudar.

- Chicos, hoy cuando fuí con la psicóloga me dijo que cree saber que tengo (T.L.P). Hoy empezó mi tratamiento con Haloperidol y la verdad no me siento bien para hablar de nada. - hago una pausa - Y de las voces, siempre las escucho. - me levanto dispuesto a irme.

La cálida mano de Libardo toma mi muñeca y me detengo al sentir un leve tirón.

- Tu mano está temblando. - comenta Libardo en un susurro.

- Lo sé. - me limito a decir.

Suena el timbre que anuncia la hora de comer.

- Vamos. - me incita Lizzy.

Es la primera vez que la veo entusiasmada por comer.

- Bien. - acepto encogiéndome de hombros.

Los sigo hasta el comedor y nos sentamos. Al ver la comida siento náuseas.

Efectos secundarios - grita una voz en mi cabeza, pero no es Lucifer ni Finn.

- ¿Te sientes bien? - indaga Librado preocupado.

- Sí, solo no tengo hambre.

Los observo comer, en realidad la única que está comiendo es Lizzy , y Libardo está jugando con su comida.

Al terminar voy con ambos a la Biblioteca y leemos un rato, al cabo de unos minutos Lizzy se va con la excusa de querer darse una ducha.

- ¿Y ahora qué? - dice en un suspiro.

- ¿Qué crees que quieran hacerme? - pregunto divagando.

- No tengo idea, pero el hombre que preguntó por ti me dió mala espina. - confiesa.

Entra la psicóloga y se acerca a nosotros.

- Kris, necesito que me acompañes. - me ordena.

Suspiro, miró a Libardo haciendo una mueca de desaprobación.

- Cuando termine voy contigo. - le aseguro a modo de despedida y sigo a la mujer.

Pasamos por mí habitación y siento el impulso de entrar.

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