¿Delirium?

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~PESADILLA~
Estoy en un bosque de noche,  solo distingo árboles, y entre toda esa neblina oscura se asoman unas manos tan delgadas que se casi al instante sé de quién son:
- Lizzy. - digo en un susurro.
Levanta sus manos y con movimientos hipnóticos me insita a seguirle.
- Ellos mienten. - chilla.
- ¿Quiénes? - indago dando un paso hacia ella.
Pero comienza a gritar desgarradoramente y conforme sus gritos aumentan ella se hunde más en la oscuridad.
- ¡No confíes en ella! - y ese grito es lo único que escucho antes de sentir el agua llenar mis pulmones.
Con cada respiración parece que el oxígeno escapa de mi cuerpo, estoy en el fondo de un lago y no puedo nadar.
Intento patalear, pero no funciona por más que intente no llego a la superficie, el agua me toma desprevenido arrojándome contra una roca.
Veo unas manchas rojas antes de sentirme desfallecer y luego una melancolía enorme me invade.
Ahora me  encuentro en un precipicio debatiéndome entre el "Sí" y el "No". Al tomar la decisión de negarme mis piernas no obedecen haciéndome saltar.
"FIN DE PESADILLA"

- Despierta. - dice una voz conocida.

Me levanto sobre saltado, miro a todas partes y doy varias bocanadas intentando recuperar el aliento.
Cierro los ojos y niego con la cabeza varias veces intentando disipar la sensación de ahogo, aunque por más que lo desee, sé que no desaparecerá al igual que todos mis miedos y mis manos frías no hacen más que recordármelo.

Siento una mano cálida sobre la mía, y al volver a abrir los ojos me encuentro a Libardo sonriendo a mi lado.

- ¿Estás bien? - pregunta preocupado.

Me encojo de hombros en respuesta.

- No dejabas de decir el nombre de Lizzy entre sueños. - me explica.

- Soñé con ella y con agua, sentí que moriría. - le cuento con la respiración entrecortada.

- No estás solo y no lo digo sólo por los demás. Sí sientes que no puedes confiar ni en ti, recuerda que siempre puedes contar conmigo. - me asegura.

Me siento seguro y a la vez vulnerable entre sus brazos.

No me doy cuenta que estoy llorando hasta que susurra en mi oído:

- Shtt. Todo va a estar bien.

Asiento y dejó que me arrulle el sonido de su voz.

(Unas horas después)

Voy andando por el pasillo estrecho que me da un poco de ansiedad.
Estoy intentando ir al paso de Libardo y Charlie , cuando unas risas a mi espalda me detienen.
Me giro y veo a una chica rubia teñida ponerle el pie a una chica más bajita y de tez bronceada.

Hija de puta.
¿Kris?

¡Kris!

Miro a mi alrededor Libardo está tomando mi mano mientras me intenta alejar de la rubia quién está sollozando en el suelo.

Lo miro sin entender que ocurre.

Necesitamos detenerla.
¿Cómo?
No lo sé.
Pero te puedo asegurar que planeará algo y la va a cagar.
En ese caso tenemos que frenarla como sea.
¿De quién hablan?
De tu ansiedad.
¿Mi ansiedad?
Sí, los brotes psicóticos se pueden desencadenar si estás demasiado ansioso.
No lo sabía.

- ¿Kris, estás bien? - indaga Libardo.

- Sí, bien. - respondo distraídamente.

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