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Splat creció en una típica aldea de faunos, donde todo estaba perfectamente cuidado y organizado. Todos los días, en el colegio, recitaba los mismos poemas junto a sus compañeros, tocaba la misma música y pintaba el mismo cuadro, que era un retrato de su antepasado Fluty Hoofdancer. Sin embargo, Splat no estaba hecha para esa vida. ¡El único arte que le interesaba era el de la guerra! Después del colegio, solía escaparse al río y practicar su propio estilo de lucha contra los Chompies y otras criaturas alborotadoras. Evidentemente, cuando los faunos adultos se enteraron de sus escapadas, se indignaron. Más tarde, una banda de Drows atacó su aldea con el fin de robarles las obras de arte y, mientras el resto de faunos se morían de miedo, Splat les plantó cara. Gracias a su estilo de lucha autodidacta, defendió a su aldea y ahuyentó a los Drows. Ahora, como miembro de los Skylanders, Splat arrasa por donde pasa.
