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En cuanto se puso el casco de minero de su padre, Crusher supo que su auténtica pasión en la vida era machacar piedras. Le fascinaban las rocas y viajaba por Skylands en busca de raros minerales para pulverizarlos con su potente martillo hecho a mano, el Aplastador. Pero en sus viajes descubrió que el malvado rey Arkeyan también buscaba rocas para convertirlas en armas de guerra. La furia de Crusher creció como una avalancha. ¡Después de todo, machacar rocas era su trabajo! Así que dejó a un lado la pasión de su vida y decidió usar su martillo para un bien superior: ¡aplastar robots Arkeyan!
