¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Wrecking Ball fue una vez una minúscula larva a punto de convertirse en el ingrediente principal del potaje mágico de un viejo mago. Pero este contempló con asombro cómo la larva, una vez dentro de la olla, devoró el potaje y salió de ella 20 veces más grande y con una larga lengua pegajosa. Segundos después la sorpresa del desgraciado mago fue aún mayor, cuando Wrecking Ball procedió a tragárselo de un bocado. Finalmente se dio de bruces -casi literalmente- con el poderoso Maestro del Portal Eon, al que intrigó con su historia e impresionó con sus habilidades exclusivas.
