Capitulo 26: Abismo

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By:  Rin & Sesshomaru

Al verlo tuve una sensación terriblemente dolorosa que  solo se comparaba con el dolor su ausencia.

Mi corazón estaba tan acelerado por la angustia y la felicidad que sentía porque a pesar de todo, era mi señor, mi amado, el dueño tanto de mi alma como de mi corazón; ese que le había entregado desde el primer momento que lo vi herido en aquel bosque.

Sentí que me temblaban las piernas  y me consto mantenerme trabajo permanecer de pie frente a él, quería correr y abrazarlo, besarlo, y decirle que olvidara el pasado y que me permitiera seguir a su lado, que lo había extrañado más que a nada en el mundo y que las noches  y los amaneceres sin él  habían sido peor que estar  en el mismo infierno.

Si la situación hubiera sido diferente no lo hubiera pensado dos veces, pero mientras veía en sus ojos  llenos de ira me di cuenta de que  no era más ni menos del demonio cruel que recordaba, aquel demonio había ordenado a su hijo que le trajera a mi pequeña.

Le mire con odio, con rencor al igual que él me miraba.

-¿Dónde está?- le dije rompiendo el tenso ambiente.

Él no me contesto como lo esperaba, seguía manteniendo su semblante frio del que ya me había acostumbrado durante muchos años.

-¡Donde esta!- grite impaciente, no estaba dispuesta a esperar a que se le diera la gana contestarme. ¡No  tenías derecho a llevártela! – le dije al borde de la histeria-  ¡Ella no te ha hecho nada!

El seguía sereno.

-¡Tómame a mí!- le dije firme sosteniendo su mirada al fin que no pudiera ver en mis ojos ninguna duda-¡Te ofrezco mi propia vida Sesshomaru pero deja vivir a mi hija!

Y por fin note más  que una fingida tranquilidad pude ver en una absoluta sorpresa.


Aquellas palabras me habían derrotado completamente.

Ella… había tenido una hija. 

Había permitido que otro hombre la tocara y encarnara su semilla en lo más profundo de su ser produciendo a una… ¡Una humana!

Recordé las noches en que aquel frágil cuerpo había sido mío;   había besado cada centímetro de sus ser, sintiendo su aliento, el calor de su cuerpo mientras gemía de placer.

¿Cómo había sido capaz de regarle eso a otro inmundo ser?-Le mire ahora con repulsión imaginándome  las asquerosas manos que la habían tocado. Ella era mía… ¡Mia! Y nadie jamás seria lo suficientemente para tocarla, nadie más que yo.

La tome de ambos brazos fuertemente lleno de dolor  e ira por la más alta traición que me había hecho pero ella no pareció entender el daño que me había causado aquella confesión, en cambio seguía mirándome desafiante.

-¿Quién es?- dije casi escupiendo veneno.

Necesitaba… exigía saber quién  era el maldito que la había tocado, para destrozarlo tan lentamente que me suplicara la muerte y luego mataría a esta mujer que tanto daño me había causado.

-¡Contéstame!- me grito y por un momento casi desconocí a la persona que estaba frente a mí-¡Mi hija Sesshomaru que le hiciste!

Su hija- seguía repitiendo- su estúpida hija. 

Y no puede aguantar más. La levante de sus desnudos hombros y la coloque al punto de que pudiera mirarme a la cara.

-Me dirás quien es el maldito padre de tu hija- le dije  amenazante- o acabare con tu vida en este lugar.

Detrás de la luna. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora