Capitulo 11: Despedidas

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By: Shizuma

Los primeros rayos del sol acariciaban no me podia equivocar  Sesshomaru se encontraba en lo mas profunde de ese bosque con ella.

Dude un momento antes de adentrarme al bosque.

¿Que encontraría? ¿Estaba dispuesta a enfrentarlo?

Otra punzada ataco mi vientre. No, no lo estaba.

¿Como estar preparada para encontrar a la persona que amas con alguien mas?  Simplemente no se podía.

Una suave brisa sacudió mi cabello y lo vi salir entre los arboles.

Estaba frente a mi tan hermoso e imponente y a pesar de todo, aun sentía como mi corazón se aceleraba ante su presencia.

-¿Qué haces aquí?- me pregunto suavemente.

Sonreí amargamente no era la clase de palabras que esperaba oír.

Tampoco esperaba  un “te quiero” o “te extrañe” pero al menos algún gesto que me hiciera sentir bien y no como un estorbo.

-¿Y tu?- dije con miedo de escuchar la respuesta

No dijo ni una sola palabra ya no hacia falta.  Su olor hizo que mirara tras de un árbol para encontrarme con unos ojos abiertos llenos de intriga y miedo.

Por fin conocía en persona al tiempo que ella se daba cuenta que era yo la que le había atacado en sus sueños.

Luego me di cuenta de un gran detalle que apretó mi corazón e hicieron que mis ojos se abrieran de par en par, aquella infeliz humana llevaba puesto la estola de mi amado que apenas le cubría su desnudo cuerpo y la esencia de Sesshomaru que muchas veces ella había tenido yo después de hacer el amor le cubría por completo el cuerpo.

Mire a Sesshomaru perpleja exigiéndole una explicación algo que  me hiciera dudar de la inevitable verdad, aunque todo estaba ahí tan transparente, tan visible.

-Rin- dijo con voz grave sin apartar lo ojos de mi- regresa a la aldea, iré por ti enseguida.

Vi como la humana no dudo ni un segundo y desapareció en un minuto, o temía a desobedecer la orden de Sesshomaru o a que la matara.

Aquel demonio que miraba ya no era el mismo que me había besado aquella primera vez y que dormía a mi lado todas las noches, tampoco era el que se la pasaba observándome mientras plantaba mis flores o el que me miraba con pasión.

Aquel Youkai de quien me había enamorado se había marchado, había muerto en los brazos de esa humana.

Algo parecido a las gotas de lluvia con olor a sal caía por mi mejilla.

Lo había perdido todo, madre, padre y ahora a la única persona que le había devuelto las ganas de vivir.

-Dime en que te falle-pregunte con la voz quebrada

Tenia que saberlo, saber que era lo terrible que había hecho para cambiarme así tan de repente.

Yo siempre había dado todo, para tal vez algún día poder ver en él una sonrisa.

La suave mano de Sesshomaru tomo de mi barbilla he hizo que lo mirara  a los ojos. Y por primera vez vi aquel sentimiento que Irasue  me había contado… tristeza.

Me miraba con tal abatimiento y nostalgia que solo podía significar una cosa…se estaba despidiendo de mi.

-¡No!- negué con la cabeza y tome su mano mientras las lagrimas caían una tras otra, jamás había llorado por nadie, ni siquiera con la muerte de mis padres pero él, lo era todo para mi- Cualquier cosa que halla hecho lo arreglare, cambiare, hare lo que sea- dije con desesperación- pero no me dejes sola. No quiero estar así otra vez.

No sabía por que, él no merecía que le estuviera rogando que se quedara conmigo, no merecía que aun lo quisiera después de haberme hecho tanto daño, pero quien puede entender aquellos sentimientos, quien entiende el amor.

-No te culpes- me dijo con suavidad al tiempo que tomaba una de mis lagrimas en sus manos- No sabia lo que sentía por Rin.

Analice con cuidado esas palabras, tal vez él no lo sabia pero yo sí.

Durante todo el tiempo que había compartido el mismo lecho que Sesshomaru no faltaba ni una noche que él no pronunciara su nombre, era su inconscientes, su alma que siempre le pensaba.

Sin embargo había decidido luchar contra ese fantasma, sabiendo que su corazón no me pertenecía y no lo aceptaba por aferrarme a la idea de que un día el susurrara mi nombre.

-Sesshomaru- dije con la voz temblorosa al tiempo que sentía su mano acariciando mi mejilla – tu eres mi paz

Me di media vuelta  y empecé a caminar pero me vi en vuelta en sus brazos  incapaz te moverme.

-Siempre fuiste perfecta para mi-  me dijo muy cerca de mi oído- lamento que mi alma le perteneciera a Rin.

Incapaz de soportar mas tiempo su presencia me libre de sus brazos y corrí lo mas rápido que pude.

Sabia que no me seguiría y que tampoco trataría de buscarme, incluso dudaba mucho que diciéndole la verdad lo cambiaria.

Yo le amaba y me jure tomando la memoria de mi padre como testigo que lo recuperaría y haría que volvía  a “nuestro” lado.

Detrás de la luna. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora