By : Sesshomaru
-¿Amo bonito huele eso?- aspiro- Se parece al olor que tenía Shizuma.
“Así que aquí estubo todo este tiempo”-pensé, no había ninguna duda de que su aroma estaba impregnado en aquellos muros.
-Por fin haz venido Sesshomaru, te hemos estado esperando desde hace mucho tiempo. - dijo mi madre.
Ella se mostraba siempre se confiada.
-No veo por qué- dije seriamente.
Ella emitió una pequeña risa, tal sonido sorprendió , no recordaba la última vez que la vi mostrando una expresión genuina.
-Vaya Sesshomaru no es posible que aún no te hayas dado cuenta- me miró fijamente- Pensé que habías venido por él, pero ya veo que esa cría de humano no te deja ver más allá de tus propios ojos.
Fruncí el ceño.
- Si a lo que te refieres es al pequeño demonio que escondes detrás no encuentro madre , el por qué tendría que importarme- dije seriamente.
El cachorro se asomo un poco por detrás del kimono de mi madre dejándome ver sus ojos.
-¿En qué clase de demonio te has convertido que no puedes escuchar ni a tu propia sangre?- dijo fingiendo decepción.
Aquel demonio me miraba desafiante y fijamente con una arrogancia digna que solo poseían los grandes demonios cosa que yo conocía perfectamente bien.
- Vamos cariño, sal y preséntate.
El pequeño por fin dejo verse por completo y se colocó frente Irazue, mostrándose algo soberbio al mirarme.
No podía negar que era como verme en un espejo años atrás; poseía las mismas marcas de nacimiento cruzandole las mejillas, su cabellera era corta y platina pero aquellos grandes ojos y verdes me recordaron a los de Shizuma.
Un choque eléctrico cruzo por mi cuerpo al tiempo que vi como el pequeño sentía la misma sensación al verme.
Ella tenía razón; no había duda de que aquel demonio tenía mi sangre.
-Amo Sesshomaru ese niño es su… – empezó a gritar-¡pero no es posible!
Le fulmine con la mirada y el callo en seguida.
Era todo tan visible que me costó trabajo contener la sorpresa.
- Mi nombre es Daisuke, heredero de las tierras del norte y próximo sucesor de Meido seki - me dijo firme.
Aquella voz no parecía la de ningún cachorro.
No respondí.
-Madre-volvio a decir el pequeño de un manera completamente diferente y yo mire en su dirección.
Ella caminaba hacia la explanada con paso firme pero con esa elegancia que le caracterizaba, sus mechones plateados caían con gracias con casa moviendo de su cuerpo, parecía como si nunca hubiera pasado el tiempo en ella, estaba igual de bella como la primera vez que la vi más sin embargo algo en su mirada había cambiado.
-¡Daisuke!- dijo sin apartar la vista de mi- Te presento a tu padre.
Mis ojos se abrieron por completo al escuchar tales palabras y pude ver en el pequeño la misma sorpresa.
Mis ideas al igual que mis sentimientos se enredaron hasta el punto de casi asfixiarme.
-Llévatelo de aquí – le ordene a mi madre conservando la poca cordura que me quedaba - ¡Ahora!
Escuche como se sigilosamente mi madre los conducía dentro del palacio y en el instante en que sus aromas parecía lo bastante lejos me lance sobre ella tomándola por sus hombros.
¿Cómo podía ser posible que me ocultara algo así?
Ahora todo tenía sentido, por se había escondido en este lugar, sabía que ni madre estaría de su lado al presentarle a mi hijo y con el castillo ocultándose entre las tormentas era casi imposible seguirles el rastro.
“mi hijo” – cada letra golpeaba mi pecho.
-¿Piensas matarme? - susurro.
Aunque una parte de mi lo deseaba, ella que no le podía hacer daño.
La liberé de mis garras pero no acorte la distancia
-¿Cuándo nació? - exigí saber.
-Aquel día que decidiste la espalda por esa humana- me dijo fríamente.
-¡Mientes!- le fulmine con la mirada.
Eso era imposible hasta ese momento había vivido a mi lado y lo hubiera notado.
-Durante casi 150 lunas estuve embazada, compartiendo el mismo el mismo lecho contigo, ¡tú estabas tan obsesionado con aquella humana que jamás te diste cuenta!
Recordé entonces las últimas noches de pasamos juntos. Y todos esos pequeños detalles que había ignorado hace tanto tiempo parecían recobrar fuerza y hacerse más grandes.
Las noches que se quedaba en vela fingiendo que dormía, lo cansada que se sentía algunas veces, incluso ahora entendía por que usaba quimonos a veces tan grandes, y por qué Jaken solía quejarse de que comía demasiado.
-¿Por qué nunca lo dijiste?
-Lo iba hacer- embozo una sonrisa algo forzada- pero ese día te encontré con aquella humana. Entonces vi en tu mirada esa seguridad de que lo dejarías todo por ella, y que no había lugar en tu vida para nada más.-Guardo silencio un minuto-Dime Sesshomaru ¿Si te lo hubiera dicho hubiera sido todo diferente?
Medite aquella pregunta , era cierto que amaba más de lo que alguna ves ame a Shizuma , por qué si , lo hice de eso no tenía ninguna duda.
Sin embargo ignoraba por completo la existencia de mi hijo para poder tomar aquella la decisión de abandonarla.
-¿Qué harás ahora Sesshomaru?- sus profundos ojos verdes me miraban fijamente-¿Nos darás la espalda una segunda vez?
La pregunta quedo en el aire.
Me di la vuelta y comencé a alejarme de ella. Aquella era la primera vez que no sabía qué hacer.
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Detrás de la luna.
Fiksi PenggemarUn demonio desesperado Sesshomaru ha retenido demasiado los sentimientos de su corazón y ahora se apoderan de él haciéndole perder casi la cordura. Entenderá que por mas que lo intente el amor de aquellas dos mujeres lo llevaran a experimentar se...