Capítulo 20: Naturalezas

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By: Sesshomaru & Rin

La ira  que sentía por dentro me quemaba, me cegaba, me dominaba.

Mire entre las ramas saboreando a mis presas, tan insignificantes como hormigas. Vi a las mujeres comenzar el día y los hombres gruñir por el trabajo.

¡Comí se habia atrevido a ocultarme senejante situación!

Eran tan insignificantes que  por muchos años me había olvidado de la idea de exterminar semejantes basuras, siemplemente no hacían más que reproducirce como unas malditas cucarachas.

Pero en ese momento lo único que quería era reprimir estos malditos sentimientos y lo que necesitaba era una maldita distracción me dejaría  llevar por el instinto de matar.

Camine altivo por la senda principal.

A lo lejos observe el movimiento histérico al percatarse de mi presencia. Los hombres daban voces para tomar las armas, los híbridos se preparaban para atacar y  las hembras corrían para sacar a sus crías de las camas

-Inútil- tantas veces había visto esa escena que me resultaba cada vez más estúpida.

Seguí avanzando lentamente para  que  todos los habitantes estuvieran preparados  para mi llegada.  - sonreía - Así sería mucho mejor.

Mientras acortaba la distancia con impaciencia una lluvia de  la flechas se dirigian  hacia mí.

-Como si eso me lastimara- pensé y las esquive con facilidad.

Al llegar vi como sientos de hombre me amenazában con sus espadas  pero basto con blandir mi  látigo para destrozarle el cuello  a unos treinta.

Treinta segundos después escuché la histeria total.

Aquel dolor era tan placentero lo había olvidado , tenía por lo menos 200 años sin escucharlo.

Ni siquiera recordaba la última ves que me había enojado de esta manera.

Hombre tras hombre sin importarme la edad  y aquellos malditos  híbridos lo hacían aún más entretenido lo tu destrozando con mis garras, desmembrados y con la expresión llena de terror caían al suelo volviendo la tierra en un rio repulsivo de vísceras y sangre.

Me había tomado cuatro  minutos acabar con un poblado entero.

A lo lejos se escuchaban unos últimos sollozos junto al cuerpo inerte de su madre una niña pequeña lloraba aterrada mientras me acercaba.

….

Mis ojos se abrieron de par en par frente al espectáculo.

Las víctimas esparcidas una sobre otra y de un lado y a otro solo encontraban muerte.

Tales  imágenes  solo había visto una vez en mi vida

-"Lobos"- pensé  recordando la vez que habían atacado la aldea donde solía vivir y la vida perdida a causa de ellos.

Pero ninguna  fiera se visualizaba por los alrededores. Solo había una sola figura que se visualizaba entre tanta destrucción.

Una blanca cabellera de plata, una armadura gris sobre un blanco kimono teñido de manchas rojas y unos sanguinarios ojos depredadores: Sesshomaru.

Mi amo estaba  observando satisfecho  la carnicería.

Se acercaba amenazante a un pequeño bulto anaranjado que se sacudía en el suelo.

Me quede pasmada, ese no podía ser mi señor, no mi dulce Sesshomaru que había conocido durante tantos años.

Me acerque con impaciencia a conocer a la persona que  perdería la vida en sus garras.

Detrás de la luna. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora