Neji Hyuga - 7

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Fue un día de lo más increíble de lo pocos que recuerdo en mi vida. TenTen y Lee eran como hermanos para mí... y ni hablar de Gai-sensei. Eran mi familia, mi único lugar. Lee era el hermano que cualquiera hubiera querido tener... leal, compañero y fiel, aunque tuvimos nuestros momentos de roces, como cualquier familia creo yo. Lee siempre se había fijado en mi poder, en mi "byakugan" y en mi camino ninja, siempre quiso ser como yo. Él solía decir... "yo tengo al ninja más fuerte de Konoha en mi equipo" pero también solia desafiarme siempre... ¡que tiempos! tan pequeños y tan tontos para darnos cuenta realmente de cuales eran nuestras verdaderas misiones en la vida. En la guerra todos somos fuertes o todos somos débiles, depende de nuestra fuerza de unión y no de nuestro poder individual y eso lo aprendí con Lee.
TenTen era una chica de las más dulces que conocí, siempre pensé que iba a terminar fijandome en ella o algo así, no se por qué y tampoco le daba tanto interés pero, sin duda, se volvió alguien super importante para mí. Acá las chicas siempre eran colocadas en algún grupo con dos chicos, y yo creo que habrá sido muy dificil para ella estar en el nuestro... siempre alagandome o mirandome desde lejos, observando mi entrenamiento, siempre viendo a Lee tirar mil y un patadas, ver su fuerza física brutal, y ella... ella se limitaba a veces a llorar o a culparse, yo lo veía pero nunca tuve la oportunidad de decirle que no era así, de decirle que ella también tenía su poder. Eramos unos tontos que queríamos pelear, ser ninjas por poder y no por verdadera pasión, corazón... en fin, ellos ahora y siempre serán mis hermanos, hermanos que me regaló la vida, hermanos que nunca voy a olvidar...
-Oye Neji...- Lee me miraba un tanto dudoso. TenTen se encontraba a su lado y había comenzado a sonreír.
-¿Qué sucede?-
-Bueno, emm... como decirte esto... TenTen y yo.. ya sabes-
-Estamos saliendo juntos- TenTen lo había escupido. Era más que obvio... eran la pareja perfecta. TenTen podía controlar todos los sentimientos bruscos de Lee, a pesar de que él alguna vez había afirmado estar enamorado de Sakura, yo estaba seguro de que estaban haciendo lo correcto.
-Estoy muy feliz por ustedes, pues... ya era hora- TenTen empezó a reir y Lee había quedado rojo como un tomate, era imposible no reir ante tal escena. Acto seguido, para mi sorpresa, TenTen se acercó y me dió un abrazo increíble, esos que te dan las personas más especiales del mundo. No pude ni siquiera reaccionar.
-Hermano mío, estoy tan feliz de tenerte con nosotros- Sus palabras me acariciaron el alma...
Esa tarde todo fue diversión y felicidad para mí, compartimos horas en el jardín y cenamos todos juntos en el comedor de la mansión Hyuga. Hiashi había aceptado que ellos se quedaran debido a que también era un acontesimiento que "celebrar", segun él, mi regreso. Para ya cerca de media noche, me había dirigido a mi habitación. Vagos recuerdos comenzaron a inundar mi mente y la imagen de TenTen y Lee chocaba en mi cabeza constantemente. Eran tan felices juntos, tan perfectos que hasta les tenia envidia. La forma de tratarse había cambiado y también la forma de tratar a los demás... ellos estaban felices, eran felices. Fue ahí cuando me detuve en la puerta de Hinata, ¿por qué yo no podía ser feliz? ¿por qué yo no podía confesarme realmente? ¿tan pecador era por amar a mí prima de otra manera?. Mi mente comenzó a divagar tan fuerte que terminé sentado en su puerta, sobre el escalón que daba al jardín entrando más y más dentro de mi propia mente... y, como era rutina, terminé pensando en mi padre.
Antes de morir, mi padre me había recomendado volver a vivir, pero mi corazón estaba sufriendo, yo estaba sufriendo... ¿había hecho realmente lo correcto al volver?
-La soledad no es mi fiel amigo padre... ¿como le haré para sorportar no tenerla conmigo? ¿como le haré para seguir soportando no tenerte conmigo?- Era muy dificíl. No podía evitar no pensar en mi padre a la noche, se había vuelto cotidiano. Saber que si él estuviera aquí conmigo, todo mi sufrimiento podría haber terminado. Lágrimas amenazaron con salir de mis ojos cuando la ví.. vi a la dueña de mi corazón, dueña de parte de mi sufrimiento... Hinata había llegado.
Estaba cansada, se podría decir más que lo normal, y tenía los ojos inchados... habia llorado. Se sentó a mi lado.
-Niisan- Tss... sus palabras fueron como una daga en mi corazón. Estaba triste y no sabía por qué. Me sentia abrumado y cansado, mi corazón me estaba jugando malas pasadas... recordar, llorar, sufrir, querer amar con libertad... no pude soportarle más, había comenzado a llorar.
-¿Qué sucede niisan?- No podía responder, no quería responder. Simplemente quería a mi padre, quería que él volviera. Si... eso quería.
-Neji- Su voz había sonado aspera y furiosa, me agarró de los brazos, obligandome a que la mirara y me abrazó... otro abrazo más en el día, había recibido muchos y me encantaban. Hinata ya me había dado dos de ellos.
-Niisan, ¿qué está pasando? ¿qué sucede? ¿porqué lloras?- recosté mi cabeza sobre su hombro y deje que me acariciara la espalda. Su tacto sobre mi piel casi desnuda era tan potente que hacía que me diera escalofrios hasta la punta de los pies, era un egoísta... si, eso era. Queria a Hinata para mí, queria a mi padre de vuelta en este mundo, quería, quería y quería pero ninguna de estas cosas iban a ser posibles...
-Extraño a mi padre, Hinata-sama- lo quiero devuelta y también la quiero a usted, la quiero para mí. Había escupido palabras pero mi corazón y mi mente querían seguir escupiendo más... ella sólo se limitó a abrazarme y a acercar más mi cuerpo con el suyo, cosa que maldecí con todo mi ser.
-Lo siento tanto...- Hinata había comenzado a llorar...
Lloramos juntos, un rato... diez o veinte minutos, siempre abrazados. Dejé que mis lagrimas mojaran sus hombros y sus ropas... necesitaba depositar todo mi dolor en algún lugar para volver a empezar. Estaba agobiado... pero no iba a permitir que mis sentimientos me volvieran a consumir. Mi vida tenía que seguir, yo tenía que seguir. Mi padre me había regalado esta segunda oportunidad...
Rompí nuestro abrazo y me dispuse a mirar nuevamente el jardín. Habíamos parado de llorar y estabamos totalmente calmados, fue una sensación de plenitud completa.
-Hinata-sama... gracias, no tiene por qué hacer esto- la miré y la observé todo lo que pude... ella realmente era hermosa, era digna de robarse mi corazón.
-No hay de qué niisan. Siempre que me necesites, siempre pero siempre voy a estar para vos- dicho esto, puso su mano sobre la mía en un acto de puro cariño, cariño familiar...
Después de eso simplemente contamos las estrellas y nos dispusimos a reír constantemente. Su presencia me calmaba en todo sentido, haciéndome olvidar de cualquier dolor y de cualquier malestar. Le hablé de algunos astros y de algunas estrellas que pudimos identificar...
-No sabía que te gustaban tanto de estrellas y esas cosas Neji-niisan-
-A veces estoy aburrido y leo pergaminos viejos que encuentro en la biblioteca de los Hyuga- Es cierto, yo era muy inteligente, un genio para ser sinceros, pero de que mierda me servía ser un genio cuando no tenía el corazón de la persona que más amaba en este mundo, de que me servía ser Neji Hyuga cuando no era Naruto Uzumaki. En ese momento quise indagar un poco más, quise indagar en sus pensamientos y ver sus reacciones, ver su sufrimiento, ver cuanto daño habia hecho ese maldito Naruto...
-Cuentame Hinata-sama... ¿que sucedió con Naruto?-
-Y, ya sabes ... eso, ya esta, no volverá a pasar- y me regaló una de sus hermosas sonrisas, esas hermosas sonrisas que solo ella sabía regalar, pero era una sonrisa distinta, una sonrisa que ocultaba tristeza, ocultaba dolor... ella amaba a Naruto, yo nunca iba a poder cambiar eso.
-Entiendo...- y no dijimos nada más...
Pasada las 2 de la mañana, Hinata se levantó y se dirigió a su habitación. Nos limitamos a estar en silencio despúes de hablar de Naruto y fue algo realmente molesto, nunca iba a entender sus sentimientos por ese chico...
-Niisan, mañana tengo entrenamiento...-
-Esta bien Hinata-sama, que descanse-
Me levanté como pude y me dirigí a paso lento por el pasillo hacía mi nueva y esplendida habitación que estaba a solo dos habitaciones de distancia de la de Hinata. Sentía su mirada en la nuca como si realmente quisiera gritarme algo, gritarme todo el dolor que guardaba en su interior...
-NEJI-
Me dí vuelta apenas la escuche...
-¿T-tu se-ra será q-ue que q-uier-es dorm-ir conm-igo hoy?- Quedé atónico, en shock, ruborizado, sorprendido... nose! millones de sentimientos corriendo por mi estómago, mi pecho, mi cabeza, no estaba preparado para esto. Quería salir corriendo de ese lugar, levantarla y entrar a su habitación, depositarla en la cama y tenerla solo para mí, pero esas no eran sus verdaderas intenciones, Hinata se sentía sola y abrumada, solo estaba buscando una manera de calmar su corazón.
-NONONONO, niisan, es solo que no... no, eso... no quiero que te sientas solo- se limitó a mirar para abajo y jugar con sus dedos en señal de pura verguenza, pero yo sabía que no era con segundas intenciones. Me acerce a ella, la abracé con todo el amor que pude...
-Solo por hoy, Hinata-sama...-

Entramos a su habitación...

Poderosa enfermedad [NejiHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora