Jimin le ama de forma ciega y da todo de sí para ser amado de vuelta aunque lo lastime de mil maneras posibles.
Yoongi nunca ha sido capaz de aceptar sus sentimientos y tampoco le importa mucho destruir su corazón una y otra vez.
Él no contó con l...
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—¿Cómo van las cosas con Jimin?— Preguntó el castaño sentado frente a él.
Yoongi inhaló pesadamente del cigarrillo en su mano derecha miéntras le miraba de manera inexpresiva —Eso no es de tu incumbencia NamJoon, métete en tus propios asuntos— habló mientras explusaba el humo por su boca.
El castaño le dio una sonrisa que mostraba sus característicos hoyuelos —Ya veo que nada ha cambiado— suspiró ojeando un par de folders que yacían en el escritorio de su hermano —¿En serio no sientes ni un poco de cariño por el chico? Digo... He visto cuanto se esfuerza Yoon, es un buen esposo—
Yoongi frunció el ceño disgustado —Tú preocupate por tu propio matrimonio, no te metas en el mio que sé lo que hago o no con Jimin—
—Tan terco como siempre— negó en repetidas ocasiones con desilusión —Deberías darle una oportunidad después de todo estarán unidos un buen tiempo a no ser que el pequeño se canse de tus desplantes y decida pedir el divorcio—
Yoongi dejó el cigarrillo en el cenicero de cristal sobre su escritorio y llevó sus índices a sus sienes donde se dispuso a masajear para apaciguar el terrible dolor de cabeza que tenía. Estaba de mal humor, tenía demasiado trabajo como para todavía tener que aguantar los interrogatorios de su hermano menor.
Rió sin pizca de gracia por lo que había dicho —Jimin jamás me dejaría y en todo caso yo sé lo que hago en mi matrimonio NamJoon, ahora si viniste a tratar de abogar por Jimin tendré que pedirte que te retires, no estoy de humor para tus estupideces— soltó tajante.
—Me compadezco del pobre chico por aguantar tu carácter Hyung y no, no venía a abogar por él, simplemente te quería avisar que Jin llegará hoy a tu casa así que es muy probable que cuando llegues esté con Jimin o que quizá salgan un rato, sabes lo insistente que puede llegar a ser—
Yoongi le miró enarcando una ceja, la frustración dibujada en su rostro de facciones definidas —¿Y a mi que mierda me importa eso? Tengo demasiado trabajo encima como para preocuparme si Jimin sale o no de casa, no es mi maldito rehén, en todo caso el que está obligado a estar en un matrimonio no deseado soy yo, así que no me jodas con eso—
NamJoon rió por las palabras dichas por su hermano y se levantó de la silla en la que se encontraba —Vamos, no te hagas el digno conmigo, soy tu hermano y se de tus arranques— habló mientras le guiñaba un ojo —Ahora paso a retirarme, espero un buen polvo quite ese mal humor— murmuró por lo bajo antes de salir de la su oficina.
Yoongi le dio una mirada furiosa mientras le veía desaparecer por la gran puerta de madera tallada. Claro que tendría un buen polvo esa noche se encargaría de eso.
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