Jimin le ama de forma ciega y da todo de sí para ser amado de vuelta aunque lo lastime de mil maneras posibles.
Yoongi nunca ha sido capaz de aceptar sus sentimientos y tampoco le importa mucho destruir su corazón una y otra vez.
Él no contó con l...
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¿Es posible que una sola persona te pueda destruir tantas veces?
Esa era la pregunta que Jimin se hacía una y otra vez mientras lloraba en silencio en la oscuridad de su habitación con la persona que se hacía llamar su esposo al lado suyo dándole la espalda.
Ese noche Yoongi había llegado tarde, Jimin se había esforzado haciendo la cena, pero el tiempo pasó y él nunca llegó, cuando se cansó de esperar guardó todo y se fue a su habitación. A la media noche el rubio llegó y Jimin no pudo pasar por alto su cabello revuelto y su ropa desordenada; No quiso pensar mal pero cuando le vio de reojo mientras se desvestía para darse una ducha pudo ver los leves hematomas que adornaban su cuello y los rasguños suaves en su espalda, los cuales a simple vista podían pasar desapercibidos, pero para él no y es que éstos eran una prueba innegable de su engaño. No era ciego, desde hace días lo intuía, pero se negaba a aceptarlo, sin embargo hoy mientras lo miraba supo que no podía seguirse cegando, Yoongi lo engañaba y esa verdad le dolía tanto que quería morir, porque nunca sería suficiente para él y eso destruyó su corazón un poco más.
La noche pasó lenta para él, no pudo dormir en toda la noche. A la mañana siguiente sus párpados pesaban y unas prominentes ojeras adornaban sus cansados ojos, ese dia no se levantó a hacer desayuno, se sentía cansado y lastimado.
—¿No piensas atenderme?— Preguntó al salir de la ducha envuelto en una toalla blanca.
Jimin se encogió en su lugar y se tapó aún más con las sábanas, no quería que lo viera de esa forma tan deplorable —No me siento bien Yoongi. Puedes comer cereal o algo rápido— dijo evitando el contacto visual.
Yoongi frunció el ceño molesto y se acercó arrebatándo las sábanas que cubrían su cuerpo, le vio enarcando una ceja con cinismo viendo su aspecto para nada agradable ante sus ojos.
—Te ves terrible— exclamó y sin poder evitarlo sus ojos se llenaron de lágrimas las cuales luchó por retener —¿Vas a llorar? ¡Joder! Eres más débil que una chica— espetó molesto.
Jimin bajó la vista para evitar que le mirara, mas no dijo nada, esperó a que Yoongi saliera de la habitación y le escribió a Jin para que se miraran, con pasos cansados se levantó y se dio una ducha, se vistió con ropas cómodas y se puso unos lentes oscuros y salió de casa, habían quedado de verse en la misma cafetería que solían frecuentar. Al llegar su hyung ya se encontraba en el lugar, al verle le sonrió.
—Hola Minnie ¿Cómo estás?— preguntó con cuidado.
—Podría estar mejor— respondió denotando en cada sílaba su tristeza.
Jin le miró confundido —¿Que te hizo el idiota de Yoongi ahora?— preguntó molesto, Jimin retiró los lentes de su rostro y Jin hizo una mueca de desaprobación —¿Tan mal estuvo?— Preguntó
El de hebras grises mordió su labio inferior con ansiedad —¿Porque Yoongi no me ama? ¿Que hay de malo en mi hyung?— preguntó dolido tratando de encontrar el motivo por el cual era rechazado y humillado una y otra vez —Te juro que he hecho todo lo que está en mis manos para hacerle ver que soy bueno para él, pero no he logrado nada... ¿Tan malo soy?—sin poder evitarlo un par de lágrimas rebeldes resbalaron por sus mejillas, las mismas fueron limpiadas por su amigo.
