Treintaiocho

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Varenna Italia

Los rayos del sol aún no salían, las luces de las sombrías calles aún estaban encendidas, respiró profundamente el aire fresco de la mañana, estaba agotado, habían sido trece horas de viaje, pero aún así se detuvo a observar la zona, el lugar estaba incluso más hermoso de lo que recordaba, era un pueblo pequeño y es por esa misma razón que adoraba pasar tiempo ahí, lejos del bullicio y ajetreo de la ciudad. Cuando era pequeño viajó muchas veces con su mamá y ahora que había decidido darse un tiempo para sí mismo no le pareció mala idea ir ahí, era un lugar tranquilo y por suerte suya su mamá había heredado una hermosa casa por parte de su abuelo, misma que fue su refugio durante muchos viajes de vacaciones con Sandara en su niñez.

Entró con la llave que su madre le había dado y dejó sus maletas en la entrada, la casa era hermosa y se mantenía exactamente como la recordaba, se conservaba pulcra, puesto que habían personas encargadas de su limpieza tres veces por semana según lo que su mamá le había dicho.

Estiró su cuerpo con cansancio y fue directo a la cocina por un vaso con agua, cuando hubo terminado llevó sus cosas a la habitación principal y abrió las ventanas, saliendo al balcón que dejaba ver la maravillosa vista mañanera de la zona, sin duda era un lugar precioso, pero aún así en ese momento se sintió tan perdido y acongojado al verse completamente solo, negó en repetidas ocasiones intentando disipar el malestar que se había instalado en su interior y decidió que sería buena idea dormir para reponer energías y poder salir a recorrer el lugar luego.

Se devistió y se acomodó entre las sábanas dispuesto a descansar, pero su sueño se vio interrumpido por el sonido de su móvil, no iba a responder, pero al ver de quien se trataba se vio obligado a hacerlo.

—Hola mamá— saludó con los ojos cerrados.

—Amor ¿Llegaste bien? ¿Has comido algo?

Jimin dejó escapar una risita infantil —Sí y no— respondió —acabo de llegar, el viaje fue sumamente agotador y estaba dispuesto a dormir ahora mismo para luego recorrer el pueblo.

Una risa suave se escuchó al otro lado de la línea —Oh... Entiendo... Jiminie... ¿Estarás en contacto conmigo cierto?

—Sí, pero no te preocupes, no voy a suicidarme ni nada parecido— murmuró.

Un suspiro cansado se escuchó nuevamente —No quise decir eso, debes entender que me preocupo por ti—

Lo sé mamá solo bromeaba—

Bueno te dejo para que descanses, Sehung te envía saludos... y Jimin... —

—¿Mmhmm?

—Te amamos— Y Jimin pudo sentir su preocupación.

Se mantuvo en silencio unos segundos para luego hablar —También los amo mucho, saludos a papá también y no  se preocupen estaré bien.

—Descansa amor— susurró por último y la llamada se cortó.

Jimin dejó el celular a un lado y se dispuso a tratar de descansar ignorando el horrible sentimiento de soledad que no lo había dejado en paz.

                         [...] 

El clima era agradable, un suave viento acompañado de una ligera brisa acariciaba su rostro sereno, sus cabellos ahora rubios se mecían como si tuviesen vida propia, llevó la taza de té a sus labios y enfocó su vista nuevamente en las líneas de uno de los tantos libros que leía, los minutos transcurrieron y él continuó de la misma forma.

Broken || YoonMin/AgustMin +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora