~Embarazada de un millonario~

Capítulo Final

—¿Quieres casarte conmigo?

Ella dio un paso atrás y lo miró con recelo.

—Aún no me has explicado por qué me dijiste que me marchara.

—Te dejé ir porque era lo que tú querías. No es lo mismo que decirte que te marcharas. ¿Quieres irte, Emilia? —pregunto, mirándola intensamente.

Por supuesto que no quería. No si había alguna posibilidad de que los dos… ¡Estaba siendo ridícula! Que Claudio dudara de la versión de Ulises Reyes no significaba que la quisiera.

—Creo que es lo mejor para todos, ¿no te parece?

—Para mí, no.

—Claudio, no puedes casarte conmigo sólo porque esté esperando un hijo tuyo.

Claudio la agarró por los brazos.

—¿Y si no te estoy pidiendo que te cases conmigo porque estés embarazada?

—Pero lo estás haciendo… ¿no?

Él inspiró profundamente, sabiendo que todo dependía de su respuesta.

—Te quiero, Emilia—afirmó. —¡Te quiero, maldita sea! Tanto que sólo el hecho de pensar que puedas volver a Inglaterra y dejarme, ahora o en el futuro, me hace morir.

Lo miraba totalmente asombrada. ¿Había dicho que…? ¿Acababa de decir que…?

—¡No puedes quererme!

—Tal vez me creas si te digo que, te cases o no te cases conmigo, pretendo pasarme el resto de mi vida demostrándote cuánto te quiero. No voy a dejar que te vayas, Emilia, aunque me cueste cincuenta años convencerte.

¡Lo decía en serio! ¡La quería! Ella pudo ver la sinceridad en sus ojos, así como cierta incertidumbre que era totalmente nueva para ella.

—Yo me enamoré de ti la primera noche, Claudio. Eso fue de lo que me di cuenta. Y me fui de repente porque darme cuenta me aterrorizó. Te quiero, y por eso quería irme hoy, porque no soportaba estar contigo sin que tú también me quisieras.

Como respuesta, Claudio la tomó en brazos y la besó con pasión durante largos minutos. Cuando al fin separó los labios de los suyos, preguntó:

—¿Quieres casarte conmigo?

—¿Estás seguro de que eso es lo que quieres?

—Absolutamente seguro —afirmó mientras la abrazaba—. Dame pronto una respuesta, Emilia, antes de que Robert se canse de esperar en la cocina —añadió bromeando.

Ella se rió, feliz.

—Creo que le gusto a Robert.

—No tanto como a mí. Entiendo que te preocupe lo que le ocurrió a tu hermana, pero te aseguro que no tendrás que dudar nunca de mi amor por ti. Te amaré el resto de mi vida.

Ciertamente, no era la misma situación por la que había pasado Machu. Tanto León como ella habían sido demasiado jóvenes para afrontar la responsabilidad de tener un bebé y de casarse.

Miro a Claudio, sabiendo que no dudaba de él. ¿Cómo podría hacerlo cuando veía que el amor brillaba en sus ojos?

—Sí, me casaré contigo, y prometo amarte durante toda la vida.

Él sonrió ampliamente.

—Entonces, estoy seguro de que seremos felices.

Sí, lo serían. Emilia no tenía ninguna duda.

FIN
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Espero les haya gustado esta historia. 😊