«Caso Icheon» (AU)

XVI

Al tener un día libre de por medio antes de la cita programada en el consultorio de Sora, DongHae visitó a HyukJae para que no se sintiera sólo.

Aunque realmente el que deseaba verlo era él mismo.

HyukJae se encontraba ansioso por tener la posibilidad de ver a su hermana nuevamente, pero claro que eso nunca lo admitiría en voz alta. Lo que sí podría admitir era que se estaba acostumbrando a ver a DongHae prácticamente a diario por un largo tiempo.

Era claro que el detective tenía sus actividades entre el doctorado y el trabajo, pero aún así siempre encontraba la manera para visitarle en los escombros del incendio; ya sea que llevara comida y almorzara en su compañía o simplemente visitarlo después de un ajetreado día de trabajo.

Poco a poco los dos cayeron en una rutina creada por ellos mismos sin un acuerdo real, sólo sabiendo que uno le esperaría siempre y el otro acudiría por inercia a buscarle.

Por esa misma razón es que la noche antes de su cita, DongHae se encontraba hablando con su amigo.

Tal vez no lo conociera como realmente quisiera, pero a través de todo ese pequeño tiempo que han compartido, se ha dado cuenta de cuando quiere ocultar sus inquietudes. Y claro que las tenía pues primero: iba a ver a su hermana una vez más; y segundo: saldría del entorno de los escombros por primera vez en diez años.

Así que DongHae no lo pensó dos veces antes de invitarle a su departamento aquella noche, con la excusa de corroborar si puede moverse fuera de aquel diámetro que sólo se había establecido.

Por supuesto que HyukJae accedió el ir con él, no sin antes reflejar un poco de su preocupación por lo que pudiera suceder.

Pero DongHae lo había alentado a que se arriesgara y el pelinegro confiaba en él, por esa razón es que después de una pequeña plática, los dos hombres se encontraban ya en el departamento del detective, sentados en el comedor con DongHae comiendo un plato de cereal.

—Esto tiene que ser una buena señal—Comentó el castaño mientras se metía una cuchara con alimento a la boca.

—Supongo—Contestó HyukJae, queriendo convencerse a sí mismo—Si puedo estar aquí, no creo que pase nada por ir a otros lugares.

—En ese caso—Dijo DongHae pensando cada una de sus palabras—¿Qué te parece acompañarme a la universidad y al trabajo mañana?

HyukJae lo miró sorprendido por la invitación, nunca había pensando en irse de Icheon y ahora estaba a punto de (prácticamente) pasearse por la ciudad.

—Así ya no tendría que volver hasta aquí por ti—Continuó—Nos iríamos al consultorio de Sora justo después de terminar mi turno en la estación.

HyukJae asintió para después hablar:—Me parece bien.

Aunque ya era relativamente tarde y la noche los acogía aún más, los dos hombres se quedaron platicando sobre trivialidades hasta que HyukJae notó que DongHae comenzaba a cabecear debido al sueño que debía tener. Le insistió un par de veces antes de que el detective aceptara y fuera a su habitación a dormir.

Entonces HyukJae decidió pasarse epor el amplio departamento mientras esperaba que sonara la alarma de su amigo al iniciar la mañana siguiente.

La vivienda de DongHae si bien no era un ejemplo de riqueza, sí lo era en lo que respecta a elegancia. Se notaba que pertenecía a una persona sencilla y de buen gusto.

HyukJae observaba las fotografías que adornaban el muro del pasillo, eran fotos de DongHae en varias etapas de su vida: de pequeño, adolescente y actuales. El pelinegro pudo observar que en cada una se veía con una pareja en ellas, sus padres, asumió. Pero después de cierta imagen ya no aparecían con él, de hecho, la última fotografía era una de él con dos hombres que se veían de la misma edad. Pareciendo que eran los mismos que HyukJae había visto iban por DongHae por cuestiones laborales.