XV

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Después de su cita en el consultorio de Sora, DongHae decide ir con HyukJae para comentarle lo que su hermana había dicho sobre él. Claro que no le diría todo sino lo que pensaba era lo más importante.

Al llegar a los escombros, HyukJae le esperaba ansioso por saber qué había ocurrido.

Era lo único en que podía pensar.

—¿Cómo está Sora?—Le preguntó rápidamente en cuanto lo tuvo cerca.

—Está bien, te recuerda con mucho cariño—Le contestó DongHae tranquilizado enormemente al peli negro que se encontraba inquieto.

—¿Te ha dicho algo importante?

—No realmente, pero tenías razón en que ella tiene un sentido extra.

—¿Qué te ha dicho?

—Me dijo que sentía cierta conexión entre nosotros dos y que tal vez teníamos algo que ver en este plano.

—Eso explicaría por qué sólo tú puedes verme—Comentó HyukJae poniendo su mano en su barbilla.

DongHae sólo asintió en respuesta pensando lo mismo que su amigo.

—Pero bueno—Suspiró DongHae—No me ha dicho nada relevante para saber el por qué estás aún aquí.

Originalmente DongHae había ido a visitar a Sora para saber más sobre HyukJae, tenía un interés que iba cada vez más en aumento, aunque realmente no estaba seguro de qué iba todo eso.

Ese dia se quedaron platicando sobre algunos datos sobre el caso y entre frases iban poco a poco conociéndose a un nivel más personal, yendo desde su niñez hasta la adultez.

Sí bien, Sora le había descrito a grandes rasgos la personalidad y vida de HyukJae a DongHae, era asombroso escucharlo por él mismo.

El tiempo pasaba sin darse cuenta cuando aquellos hombres se unían ya sea para que HyukJae observara a DongHae de disfrutar su comida, o del castaño escuchando atentamente las historias que el pelinegro tenía para contarle. Los dos realmente aprovechaban el tiempo juntos y lo disfrutaban de una manera exquisita.

Así pasan un par de días entre dos amigos que dejaron al lado lo verdaderamente importante por solo sentir la compañía del otro.

Sin embargo, un día DongHae llegó a los escombros con un par de hojas que tenía escrito algo que había sacado de Internet, según él para ayudarle a saber a su amigo su razón de ser o estar en ese plano de la tierra.

Al HyukJae escuchar la explicación de DongHae, no pudo evitar que pensamientos variados se colaran por su mente.

—¿Estás seguro de que no va a suceder nada malo?—Le preguntó HyukJae a su amigo que aún le mostraba las hojas entusiasmado.

—No me digas que tienes miedo, espera—Le contestó para hacer una pequeña pausa y pensar—¿Si quiera puedes sentir algo?

—Muy gracioso—Le contestó con sarcasmo—En este punto no estoy seguro de nada.

—Estoy de acuerdo contigo, pero si no intentamos nada sería peor, ¿no lo crees?

—Debo estar completamente desesperado.

—O tal vez confías mucho en mi inteligencia.

Ambos rieron tratando de relajarse a sí mismos.

DongHae no pudo dejar de interesarse por la razón que mantenía a HyukJae ahí, así que decidió buscar por su cuenta, dejando a un lado todos los prejuicios que le habían acompañado hasta que descubrió que su amigo era un fantasma.

HyukJae tomó asiento al lado del castaño que se encontraba arrodillado creando una pequeña escena con velas y unas imágenes.

El detective había pasado un par de días investigando en blogs de Internet sobre ocultismo y bisutería, y si bien nunca se hubiese pensado hace un par de meses atrás el encontrarse haciendo algo parecido, en esos momentos no le sonaba tan demente que pudiera funcionar.

Lamentablemte, ni la escenografía que se había montado, ni la infinidad de rituales que habían hecho durante esa noche, habían provocado algo en el ambiente o en HyukJae como para decir que tuvieron éxito aunque sea con uno.

Se encontraban justo como empezaron, sin respuestas.

De repente DongHae mira en dirección a HyukJae y recordó lo que Sora le había dicho en su primer encuentro.

Tal vez ella pudiera ayudarnos, o mínimo orientarnos. Pensó.

—Hyuk—Le llamó a un pelinegro con la mirada perdida, tanto que sólo emitió un pequeño sonido para que supiera estaba atento—¿Por qué no le pedimos ayuda a Sora?

HyukJae lo miró para sencillamente negar con la cabeza.

—Pero ella podría ayudarnos, piénsalo—Trato de convencerlo—¿Sí? Por favor—Rogó.

HyukJae exhaló pesadamente con los ojos cerrados mientras lo pensaba por unos momentos para, finalmente, asentir en afirmación. Así que DongHae no quiso perder más tiempo y darle la oportunidad de arrepentirse, tomó su móvil e hizo una cita como la vez pasada para dentro de dos dias.

—Listo, podemos ir los dos—Comentó DongHae para hacer una pausa rápidamente al analizar lo que le acababa de pedir—¿Tú... tú puedes salir de los escombros?—Intentó preguntar sutilmente.

HyukJae se puso de pie y el detective lo imitó, después los dos se encontraban recargados en el gran ventanal de aquella casa.

—No soy el único aquí, ¿sabes?—Inició—Hay más... ¿fantasmas?—Dudó al decir, pues no sabía qué era realmente—Pero al parecer sólo puedes verme a mí.

DongHae sólo guardaba silencio y lo observaba atento, tenía miedo que al hablar arruinaría lo que HyukJae le intentaba decir.

—No están todos los que inicialmente estábamos—Continuó—Algunos han decidió intentar irse, no hemos vuelto a ver a ninguno.

DongHae tuvo escalofríos al escuchar aquello, ¿qué tal si lo obligaba a moverse de ahí y simplemente desaparecía?

La sola idea le provocaba ansiedad.

—Pero—Dijo HyukJae sacándolo de su ensoñación—No sabemos si es positivo o algo malo les sucedió... Supongo que podría averiguarlo.

—No quisiera que algo malo te pasara—Admitió inmediatamente DongHae.

HyukJae se acercó a él, y sabiendo que el castaño podía sentirlo (aunque él no de vuelta), rozó suavemente su mejilla, provocando que DongHae se removiera ante la ligera sensación que se asemejaba a una pequeña brisa fresca en un día caluroso de verano.

—Siento que si estoy contigo todo saldrá bien—Habló HyukJae para calmarlo—Así que no te preocupes demasiado.

DongHae asintió en respuesta, ya le había expresado su temor por perderlo al admitir lo de hace unos momentos, no se permitiría decir más pues podría revelar antes de tiempo los sentimientos que comenzaba a tener por aquella alma en pena que no sólo rondaba en el limbo sino en sus pensamientos.

«Caso Icheon» (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora