«Caso Icheon» (AU)

XIX

Temprano por la mañana, el timbre de la alarma del teléfono de DongHae sonó dando aviso para iniciar el día.

El hombre estiró la mano y la apagó viendo la hora. Era momento de despertar y prepararse para hacer el desayuno e irse por HyukJae.

Hizo su rutina matutina y se bañó, lavó los dientes y se vistió para bajar a la cocina y preparar el desayuno, pensaba desayunar algo antes de irse pues tenía la corazonada que necesitaría energías suficientes para enfrentar cualquier cosa que pudiera suceder.

Al terminar de comer su sándwich de aguacate con huevo cocido con café, lavó los platos para después tomar sus llaves y una gorra que hacía juego con su traje cómodo pero deportivo color azabache. Bajó las escaleras de su departamento y subió a su coche en dirección a los escombros.

Estacionó justo en donde siempre lo hacía y bajó para caminar hacia la casa que se había convertido en su punto de encuentro, se acercó y pudo ver a su amigo sentado en el gran ventanal donde han creado sus primeras experiencias juntos.

La mayoría de las veces que DongHae había llegado a verle lo veía en aquella posición, de pie y mirando hacia un punto fijo, o tal vez a la nada. No lo sabía. Siempre se preguntaba si estaba concentrado en algo específico o simplemente le gustaba estar de esa forma.

Aunque está vez el castaño notó algo direfente en el ambiente, sintió como si la mañana fuera fresca y tranquila, con un viento sutil pero aún así podía ver como las hojas de los árboles se movían a la par.

El detective no se movió ni habló, simplemente se quedó de pie admirando a su amigo mientras éste se entretenía con algo más, lo observó tan bien que notó la piel de porcelana que HyukJae tenía, el cabello negro que caía perfectamente sobre su frente y las finas facciones que su rostro poseía.

En algún momento sus pensamientos le jugaron una pequeña broma recordándole el día anterior y lo que Heechul le había preguntado sobre el peli negro que tenía en frente. Se estaba cuestionando si realmente le había mentido o no respecto a sus sentimientos.

No podía negar que gozaba de la compañía de Hyukjae y menos podía negar que le parecía atractivo a la vista, tanto en sus fotos en vida como ahora.

—¿DongHae?—Le llamó HyukJae fijando su vista hacia él e interrumpiendo el hilo de sus pensamientos—¿Te encuentras bien?

El susodicho pestañó un par de veces antes de volver a la realidad e ignorar la conversación interna en la que se había sumergido consigo mismo.

—Estoy bien—Le aseguró.

Aún no muy seguro de la respuesta de su amigo, HyukJae no quiso darle más vueltas al asunto. No quería hostigarlo por la preocupación sin fundamentos que sentía. Últimamente había estado más al pendiente de DongHae que de su propio futuro.

Después de eso, ambos hombres comenzaron su caminata hacia el local de bisutería pues quedaba solo a un par de cuadras de los escombros, así que no había motivos para moverse en el auto del detective.

—¿Qué tal estuvo tu día ayer?—Le preguntó HyukJae mientras emprendan su viaje a pie.

—Estuvo bien, tuve que hacer mucho trabajo de oficina ya que era final de mes y tenemos que entregar los informes de los casos resueltos y actividades aparte de evaluar a los pasantes.

—Debe ser difícil ser el jefe de la estación.

—Terminé por acostumbrarme al estrés y la presión—Admitió el detective—Pero lo más complicado aún es lidiar con nuevos integrantes en el equipo porque todos somos ya muy unidos.