Capítulo 9

750K 53.5K 25.7K
                                    



—Tienes sueño —el tono de voz de Harry es suave, pero hay reprimenda en él.

En el momento en el que pronuncia esas palabras, un bostezo se apodera de mí. Cubro mi boca con el dorso de mi mano y lucho para no abrir los labios como si fuese a tragarme el mundo de una mordida. Mis ojos lagrimean al instante y noto cómo reprime una sonrisa.

—Estoy bien —miento, y sonrío tímidamente.

—Sí, claro —el sarcasmo en su voz hace que mis mejillas se enciendan con rubor.

—¡Estoy bien!, ¡en serio! —no quiero irme a la cama aún. Sé que es tarde, pero no hemos dejado de hablar y eso me hace querer seguir aquí.

—Es tarde —dice—. Mañana te levantas temprano. Es mejor que descanses.

—Mañana descanso —no miento. Mañana es mi día de descanso, así que puedo dormir un poco más si lo deseo.

Oh... —se nota a leguas que no sabe qué decir.

—Tú no duermes... —sueno más acusadora de lo que pretendo, pero él no parece afectado por la forma en la que le hablo.

Se encoge de hombros intentando restarle importancia a su insomnio recurrente.

—No necesito dormir demasiado para rendir en el día —suena presumido y arrogante, pero hay un filo ansioso en su mirada.

El silencio que le sigue a sus palabras es interrumpido por el zumbido del refrigerador detrás de mí. Trato de no pensar mucho en ello, pero hay una voz dentro de mi cabeza que no deja de susurrarme que debo preguntar por qué no duerme.

—¿Por qué? —digo, sin más.

—¿Por qué, qué?

—¿Por qué no duermes? —sueno tímida y curiosa.

Mi pregunta parece sacarlo de balance, pero aun así, se encoge de hombros y baja la mirada al plato vacío delante de él.

—No puedo.

—¿Insomnio?

—Pesadillas.

¿Qué puede hacer que un chico como Harry tenga pesadillas?, ¿qué hace que un chico al que le apodan Bestia tenga miedo de sus sueños?, ¿qué es lo que lleva a un tipo duro y amenazador como él, a ser atacado por su subconsciente de esa manera?...

—Yo también las tengo —digo, en un susurro.

Su mirada está perdida en la nada. Está aquí, pero no está realmente. Está sumido en sus pensamientos. Quiero saber qué pasa por su cabeza, quiero saber qué ha hecho que su semblante se vuelva duro y triste al mismo tiempo.

Me da miedo preguntar porque no sé si quiero escuchar lo que tiene que decir. Ni siquiera sé si va a abrirse conmigo para contarme qué pasa por su mente.

—¿En qué piensas? —me atrevo a pronunciar.

Mi voz parece sacarlo de su ensimismamiento de manera abrupta, ya que luce aturdido por un segundo. Se aclara la garganta, pero no dice nada. Pareciera como si intentara decidir si quiere contarme algo o no.

—En mi hermana —dice, finalmente—. Ella solía tener pesadillas con frecuencia —niega con la cabeza con una pequeña sonrisa dibujada en los labios. No hay que ser un genio para notar que está sumido en sus recuerdos—. Cuando las tenía iba a mi habitación y se recostaba a mi lado. Era gracioso porque, mientras lloraba, me amenazaba con golpearme si le contaba a alguien que recurría a mí cuando estaba asustada. Era la mayor, así que...

BESTIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora