Nueve. Ángel

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Durante toda la cena, Niall se sentía como un chico de quince años saliendo por primera vez con la chica de sus sueños.

¿Alguna vez has experimentado eso?

¿Estar tan atraído hacia alguien no solo físicamente pero mentalmente hablando?

Cuando te acercas y no puedes evitar pensar que nunca ha existido nadie como esa persona.

Toda la ansiedad, el dolor, las preocupaciones desaparecen mientras estás alrededor de esa persona.

Hay fuegos artificiales, o corazones revoloteando por todo tu cuerpo.

Miradas furtivas, roces de piel solo para estar más cerca y nunca perder el contacto completamente.

Él estaba perdido y lo sabía, pero estaba esperando que ella lo encontrará a mitad de camino.

Hablaron sobre tantas cosas que Niall siempre se sorprendía cuando la notaba tan animada, ella no solo hablaba de trabajo, también era buena comentando asuntos políticos, o música, o escuchaba como Niall hablaba maravillas de su país de nacimiento.

Era la mujer indicada para Niall y él lo sabía, el mundo podía decirle que estaba loco, que no era posible averiguar eso cuando no estaba con ella como pareja; pero había algo honesto y puro en sus sentimientos. Esa chica era todo lo que él necesitaba.

Salieron del restaurante con Niall diciéndole que tenía una idea de a dónde llevarla ahora simplemente porque no estaba listo para alejarse de ella aún. Así que Raven le confío las llaves de su auto y Niall condujo con los Rolling Stones de fondo cantando Angie.

Era alrededor de las ocho con el cielo cubierto en una sábana negra sin luna a la vista con brillantes estrellas acompañando su camino, ojos enfocados en la carretera con silencio cómodo mientras Niall dejaba la ciudad atrás. Altas palmeras inclinándose hacia ellos como haciendo reverencias mientras pasaban.

Niall se detuvo en el estacionamiento y miró a Raven con una pequeña sonrisa. Escuchaba las olas romper en la orilla y la suave brisa que golpeaba en su rostro.

- Debes quitarte los tacones, lo siento, al menos que quieras que te lleve en la espalda- Raven rió y sacudió la cabeza. Comenzó a desatar las tiras de sus tacones, pero Niall se inclinó para ayudarla, colocando una mano en su tobillo. Ambos se tensaron, Niall al sentir la piel suave de ella y Raven al sentir las manos de Niall. El castaño retrocedió un poco. - Lo siento, quería ayudar, lo siento.

- No te preocupes- ella le sonrió suavemente. Niall tragó el nudo que se había formado en su garganta y comenzó a desatar las tiras de una forma dolorosamente lenta mientras intentaba no mirar sus ojos. Sin estar segura del porqué, Raven estaba conteniendo la respiración mientras los largos dedos de Niall rozaban sus tobillos y quitaban los tacones con suavidad.

Él los dejó en el suelo del auto y la ayudo a salir abriendo la puerta para ella, ambos caminaron hacia la arena escuchando las olas romper.

Niall se quitó el saco para colocarlo alrededor de los hombros de ella lo que agradeció.

El semblante de Niall había cambiado, evaluaba el océano con anhelo y tristeza, su cabello ondeando con el viento formando remolinos para luego chocar con su frente. Raven apartó la mirada cuando fue el turno de Niall de evaluarla.

Ella era paz y tranquilidad.

La cura a cualquier enfermedad.

El sol luego de la tormenta.

La dulce melodía de una guitarra.

Ella era el cielo.

- Eres un Ángel- Niall estaba seguro de que lo había pensado, que esa palabra seguía rondando en su mente, pero se sonrojo cuando Raven parpadeó un poco antes de mirarlo sorprendida. Maldición.

Meet me in the hallway |N.H| #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora