Tallahassee, Florida.
Rose Hudson se había convertido en una mujer muy ocupada a partir de los veinte años. Estudió administración y obtuvo su título a los veintidós años, se había arriesgado un par de meses después a estudiar Ingeniería Automotriz para ser un poco más útil en la empresa de su padre. Era la tercera mujer en su clase ya que era una carrera con demanda masculina, pero nunca en la vida se había sentido tan feliz, brillante, capaz en un salón de clases como con la carrera que había escogido.
Rose pasaba parte de la noche estudiando y luego dormía un par de horas y se dirigía a su oficina a poner todo en orden. Todos la conocían como la chica multifacética que nunca paraba, siempre estaba trabajando o haciendo un nuevo proyecto o estudiando. Rose se había ganado el respeto de sus propios padres poco a poco, razón por la cual era la mano derecha de su padre en la empresa.
Un par de amigos la dejaron en la puerta de su casa ya que había decidido ir en bus a la universidad ese día. Entró a la casa siendo recibida por lamidas en su pierna desnuda y una colita que no dejaba de moverse de felicidad.
- Hola, Charlie, ¿Cómo está mi chico precioso? - ella sostuvo a la pequeña bola de pelos en sus manos y le dió un par de besos a su cabecita y caminó con él balanceando sus libros y su bolso en un brazo para no soltarlo.
Dejó todo en la mesa de la sala de estar y camino a la cocina en donde escucho los murmullos de sus padres. Charlie hizo un movimiento y ella lo soltó para que corriera libremente hacia Jennifer, la mamá de Rose, como avisando que su dueña estaba en casa.
- Hola, gente hermosa- saludó ella. Su mamá le sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos almendrados. Jennifer era una mujer elegante, con largo cabello chocolate que caía en ondas hasta sus hombros, rostro de muñeca y con un gran corazón. Por su parte Bob era un hombre fornido con corto cabello negro, piel oliva y grandes ojos marrones. Juntos llegaron a ser la pareja más popular en sus tiempos de secundaria, el chico que era popular en atletismo y la chica de teatro.
- Hola cariño- saludó Bob desordenando los rizos en el cabello de Rose. Ella lo abrazó, sus brazos apenas rodeando su figura. Para nadie era un secreto que Rose y Raven siempre iban a ser sus niñas pequeñas.
- Tú cena está en el horno, cariño- Jennifer se levantó, pero Raven colocó sus manos en sus hombros y besó sus mejillas.
- No te hubieses molestado, planeaba cenar un sándwich y luego ir a estudiar un poco- notó la mirada fulminante de su mamá, a Jennifer no le gustaba que ella comiera poco o se matara de hambre por estar muy ocupada. Así que Rose se encogió ligeramente de hombros y arregló un poco sus palabras. - Pero gracias, eres la mejor- le guiñó un ojo y caminó al horno.
- Rose- dudó su madre- ¿Has hablado con Raven últimamente?
- Hace una semana, he estado un poco ocupada entre clases y papeles- tomó el plato y caminó hacia la isla en donde sus padres estaban sentados. El olor a pollo asado inundando sus fosas nasales, despertando su apetito. - ¿Por qué? - decidió dar una probada al pollo mientras lo combinaba con el puré de papas y la ensalada. Charlie se colocó obedientemente a sus pies moviendo la cola esperando obtener un bocado de la comida de su humana. - ¿Que sucedió? - ella tragó intentando recordar si había hablado con Niall últimamente.
- Fuimos a casa de los Norris y nos sorprendió que Jason está aquí- Bob se encogió de hombros. - Pero no dijo mucho, dijo que Raven estaba muy ocupada con su trabajo.
Rose pasó una mano por su cabello y frunció el ceño.
- ¿Por qué dejarla sola allá? ¿Está de vacaciones?
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Meet me in the hallway |N.H| #PGP2021
FanfictionTERMINADA (Historia ganadora a la categoría mas votada en Fanfiction Premios Gemas Pérdidas 2020) Los Ángeles, 1990. Niall solo la ve en el pasillo de su edificio todos los días. Ella estaba robando su corazón sin querer. Raven vive un cuento de amo...