Veinte. Bajo la lluvia

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- No puedo creer que conocí a Amanda Knox- Raven colocó ambas manos en su rostro mientras reía. Salieron a la azotea, porque Raven había bebido un poco demasiado champagne para intentar apaciguar el shock de toda la situación, pero sus mejillas habían tomado un tono rosa profundo y su mente estaba nublandose con imágenes de ella diciendo tonterías.

¿Cómo no la había reconocido? Incluso tenía un libro en dónde salía su foto como autora de su experiencia como arquitecta en Milán y todo su trabajo llevaba su foto y nombre.

Raven recordaba haberlo mencionado vagamente a Niall que Amanda era un gran ejemplo a seguir para ella, y de repente ella estaba en Nueva York.

- Me alegra que te haya gustado la sorpresa.

- Pero, ¿Que hace aquí? - se cruzó de brazos para intentar espantar el frío, inmediatamente Niall se quitó el saco y lo colocó alrededor de sus hombros.

- Vino por negocios, está reuniéndose con un grupo de compañeros de su universidad y luego va a partir a París por unos meses. Me prometió que iba a hacer lo posible por atraer a muchas personas a la inaguración. La conoci en Londres cuando estaba empezando con la empresa, ela vió talento en mi, y desde entonces somos buenos amigos, es como una mentora para mi.

- ¿Estás nervioso por eso? - Raven se mordió el interior de la mejilla. - Porque ya con decirme que vendrá mucha gente me comienzan a temblar las piernas- rió.

- Un poco- Niall le regresó la sonrisa, sus ojos brillando bajo todas las luces a su alrededor. - Es la gran manzana, ¿sabes? Tienes que ser un éxito- se encogió de hombros.- Papá siempre decía que si querías hacer un negocio debías de pensar desde un principio que sería un éxito, lo mejor de lo mejor.

- Estoy segura de que tu papá está muy orgulloso de ti- colocó una mano sobre la de él. El corazón de Niall se encogió un poco, una rara mezcla de felicidad y melancolía. Tomó la mano de Raven entre las suyas y la llevo hasta sus labios. Labios rosados que se sintieron un poco fríos pero suaves.

Él la miró, fijándose en cada detalle de su rostro, sus pestañas, sus ojos se volvían un poco más oscuros, sus labios que eran rosa oscuro.

Ella era una perla, radiante y pura y Niall solo necesitaba tomarla y protegerla del mundo exterior.

- Raven- Niall se acercó un poco a ella. La chica alzó un poco la cabeza y tragó saliva ante la intensidad de su mirada.

¿Por qué estaba esperando tanto? ¿Por qué no podía simplemente decir lo que sentía? ¿Que era lo peor que podría pasar? ¿Recibir un no doloroso y rotundo? Él no sabía si podría soportar eso, no porque tuviese un grandísimo ego, si no porque todo lo que sentía por ella era tan fuerte que ya ni podía describirlo.

- ¿Niall? - el frío se había ido. Había manos sudorosas y corazones latiendo de forma violenta. Y había un colibrí revoloteando de allá para acá.

Pero, Niall se sentía como un cobarde de nuevo. Debería de estar diciendo sus sentimientos, esperando la respuesta de Raven con ansías. Pero las palabras no salían.

- Mi cumpleaños es pasado mañana- dijo. Raven asintió porque ya lo sabía, pero una pequeña parte de ella estaba decepcionada. - Quiero celebrarlo con ustedes, vamos a un karaoke y divertirnos, ¿te parece?

- Claro, eso no tienes por qué preguntarlo- ella golpeó suavemente su hombro. - Celebremos tu cumpleaños a lo grande- le guiñó un ojo.

Niall suspiró de alivio, pero realmente por dentro estaba golpeándose mentalmente por simplemente no poder hablar como quería.

Meet me in the hallway |N.H| #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora