3. BEGIN

263 33 0
                                    

JUNGKOOK

Después de estar toda la mañana hablando con Tae, nos despedimos y cada uno volvió a su casa. Yo le había explicado básicamente todo lo que había estado haciendo estos años, incluidos mis problemas sobre qué quería estudiar o hacer.

Al principio, cuando nos encontramos, sentí rabia al verlo otra vez, porque me dolió mucho cuando se fue de Seúl a Daegu a vivir. Aunque lo que me entristecía no era eso, sino que se fue sin decirme adiós. Simplemente me envió un mensaje de texto diciéndome que por problemas personales se había tenido que mudar.

Supongo que el mundo era demasiado grande para mí por entonces, porque cuando se marchó, sentí que no me quedaba nada, que todo se me venía encima. Eso me destrozó, tanto que incluso estuve una semana llorando sin salir de mi habitación. Mi hermano Yoongi, que nunca había sido mucho de jugar, hasta intentó animarme proponiéndome jugar a videojuegos juntos, pero yo no quería.

La verdad es que le debía mucho a mi hermano, siempre se había preocupado mucho por mí y me había ayudado. Le quería mucho.

En cambio, Tae no me contó mucho sobre lo que él había estado haciendo. Solo que se había independizado de sus padres y ahora vivía solo en un pisito en Seúl. También me enteré que regresó aquí hacía unos meses, y eso me puso muy triste. Saber que había vuelto y no me había dicho nada... dolía.

Pero no quería parecer triste, porque por fin nos habíamos reencontrado y quería que tuviéramos un buen rato. También me había contado que seguía componiendo canciones y que a veces las tocaba con el saxofón, la guitarra o el piano.

Años atrás, cuando éramos mejores amigos, solamente sabía tocar el saxofón y la guitarra. También me dijo que había empezado a trabajar como compositor, músico y cantante en una agencia de entretenimiento llamada Big Hit Entertainment. Así que ahora por fin había empezado a dedicarse a la música... estaba orgulloso de él. Siempre había querido eso, y ahora por fin lo había conseguido.

En cambio, yo estaba también estudiando arte, que me gustaba desde que era pequeño, pero ya no me entusiasmaba tanto como antes, y eso me ponía nervioso. No me gustaba no tener claro lo que quería hacer.

Cuando llegué a casa, mis padres me recibieron en la entrada, y supe que algo iba mal al verles las caras.

—Hijo, hemos recibido una llamada del instituto. Dicen que hoy no fuiste a clase, pero nosotros sabemos que no has estado en casa, así que... ¿se puede saber dónde has estado?

Mi padre intentaba aparentar estar tranquilo, pero yo sabía que estaba bastante enfadado.

—Lo siento, de verdad, pero es que me ha surgido una cosa y...

—¿Qué cosa? Si se puede saber —inquirió mi madre con el ceño fruncido.

—Taehyung está en Seúl. Me lo he encontrado en el metro y hemos ido a tomar algo para ponernos al día.

En ese momento mis padres se quedaron de piedra. Desde luego que no se esperaban esa respuesta. Ellos sabían perfectamente lo que me había afectado que Tae se hubiera marchado sin avisar.

—Vaya, hijo... eso no nos lo esperábamos —dijo mi padre arrepentido de haberme regañado—. Bueno, supongo que tampoco pasa nada por un día. Ahora avisaremos al instituto de que está todo bien. ¿Y tú? ¿Cómo estás?

Pues la verdad es que no sabía muy bien qué contestar. Por un lado estaba triste y decepcionado, porque Tae había vuelto sin decirme nada, demostrándome por segunda vez que no me necesitaba como yo a él. Pero por otro lado, me había encantado volver a hablar con él con sinceridad, como en los viejos tiempos.

—Bien, supongo. Voy a hacer deberes.

Mis padres no me hicieron más preguntas, simplemente asintieron y me dejaron ir a mi cuarto. Cuando estuve delante de la puerta, oí un ruido y me giré. Efectivamente, ahí estaba Yoongi, con su pelo negro y su flequillo tapándole un poco sus ojos tan parecidos a los de un felino. Iba vestido con el uniforme, por lo que supuse que acababa de volver de la universidad.

—No sabía que Taehyung estaba en Seúl. He oído la conversación —dijo curioso.

—Tranquilo, no pasa nada. La verdad es que yo tampoco lo sabía. Nos hemos encontrado en el metro. Él estaba tocando el saxofón y supuestamente también estaba pidiendo dinero. La verdad es que me ha preocupado bastante verlo así, por no hablar de su ropa rota. Pero no he querido decir nada al respecto.

—Has hecho bien. Hablar de ese tema es delicado, y más si os acabáis de encontrar... Bueno, si necesitas hablar de cualquier cosa, aquí estoy, a menos de diez metros de tu cuarto.

—Tienes razón, hyung. Gracias.

Yoongi siempre me daba buenos consejos. Le quería mucho. Había hecho tanto por mí y yo tan poco por él... algún día sería yo el que le ayudara.

Me metí en mi cuarto y empecé a hacer deberes, ya que no había asistido ese día a clase. Me los había pasado Jimin, un compañero de clase que era mi mejor y único amigo desde que Tae se fue. Él fue el único, aparte de mis padres y mi hermano, que me animó cuando se marchó.

Los deberes consistían en dibujar cualquier objeto a carboncillo, así que me puse manos a la obra y decidí dibujar una taza de café, como la que se había pedido Tae esa mañana.

Después de un largo rato, me llegó una notificación al móvil. Era de Tae. Un poco nervioso, abrí el mensaje.

Tae: Hey, ¿cómo estás? ¿Te han regañado por no ir a clase?

Kookie: Un poco, pero les he explicado sobre tu llegada y mis padres ya no están enfadados.

Tae: Me alegro. Por cierto, ¿qué haces?

Kookie: Deberes, tengo que dibujar un objeto a carboncillo.

Tae: ¿Y qué dibujas?

Me daba un poco de vergüenza decirle lo de la taza de café, pero al final me armé de valor.

Kookie: Tu taza de café de esta mañana.

Tae: escribiendo...

Kookie: ¿Por qué tardas tanto, hyung?

Tae: No es nada, simplemente, que no sé qué decir. Me siento conmovido.

Kookie: Lo he hecho porque esta taza de café significa mucho para mi, gracias a ella, hemos podido volver a hablar.

Tae: Sí, para mí también es muy especial.

Así estuvimos hablando horas y horas, hasta que el sueño nos venció. Ni siquiera acabé los deberes.

Durante el resto de la semana estuvimos igual, hablando cada vez que teníamos un rato libre. No sabía él, pero yo me emocionaba cada vez que recibía un mensaje suyo. El hecho de pensar que cada vez estábamos más cerca de lo que una vez fuimos... me alegraba.

_____

Frase de la canción: "El mundo era demasiado grande para mí".

Love Maze (BTS FANFIC) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora