𝟬𝟬𝟵 | atrevimiento

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Un rato después de que todos terminasen de comer, Soobin y Jisu se fueron a sus casas, ya que le habían dicho a sus padres que volverían pasadas las ocho y la verdad es que si se pasaban de la hora los progenitores de ambos se pondrían histéricos

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Un rato después de que todos terminasen de comer, Soobin y Jisu se fueron a sus casas, ya que le habían dicho a sus padres que volverían pasadas las ocho y la verdad es que si se pasaban de la hora los progenitores de ambos se pondrían histéricos. La castaña aprovechó de llevarse al más alto pues como siempre, Kyunmin era el encargado de llevarla de vuelta a casa. Minju, Beomgyu, Yeonjun y Hueningkai mientras ayudaban a la madre del último a recoger y lavar los platos que fueron utilizados en la cena

La pelinegra miraba la linda relación de madre-hijo que tenían el menor del grupo y su progenitora mientras se preguntaba como se sentiría tener el amor y apoyo de una madre. Suspiró desviando la mirada cuando sintió que algunas lágrimas se acumulaban en sus ojos, no sabía por qué seguía esperando si eso jamás pasaría.

Miró la hora en su celular. 9:04 p.m.

Quizás ya debería volver. Ya sabes lo que dicen las maestras, es peligroso que las chicas anden solas en las calles a altas horas de la noche.

—Ya debo irme —informó Minju guardando su teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón.

—Igual yo, papá me regañará si llego más tarde de la hora que le dije —comentó el pelinegro.

—Me divertí mucho, gracias por la invitación, de verdad —la chica le sonrió al menor, el sonrió devuelta recibiendo gustoso las suaves palmaditas que Minju le dio en la cabeza —Gracias de nuevo por la comida, señora Huening.

—Ya no agradezcas más —le sonrió de forma maternal —. Cuídate mucho, Minju-ssi.

—Usted igual. ¡Adiós chicos! —se despidió agitando su mano aún con una sonrisa brillante en el rostro. Salió de la casa, pero antes de poder dirigirse a su casa fue detenida por el brazo de Beomgyu.

—Minju... ¿podemos hablar? —el tono que usó para dirigirse a ella la puso nerviosa y alerta. ¿Yeonjun le dijo algo de lo que había mencionado durante la tarde? Si fue asi, dejaría que Jisu lo asesinara.

—C-claro. ¿Sobre qué? —relamió sus labios con evidente nerviosismo. Beomgyu miró el piso antes de subir su mirada hacia ella, se armó de valor y habló.

—¿T-te gustaría salir un día de estos? —rascó su nuca mientras mostraba una sonrisa nerviosa.

—¿Con los chicos? —ladeó su cabeza confundida.

—No... solo nosotros dos —el corazón de Minju latía demasiado rápido. ¿Había escuchado bien? —. ¿Te gustaría?

—Sí, claro —respondió rápidamente, sintiendo una mezcla de emociones en su interior. De todas las cosas que creyó que pasarían, jamás pensó en que le invitaría a salir.

—Nos ponemos de acuerdo por mensaje, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —ambos se sonrieron. Se quedaron un rato de esa forma, mirándose con una sonrisa sincera, hasta que Minju cayó en cuenta que se veían como un par de bobos —Creo que ya debo irme...

—¿Puedo... acompañarte a tu casa?

Estuvo a punto de decirle que no, no quería que su madre la viera. Pero luego recordó que probablemente ella aún no haya vuelto a casa, asi que terminó por asentir.

Ambos caminaban en silencio. No era necesario hablar, el silencio era agradable y con la compañía del otro bastaba. Beomgyu había aceptado que últimamente sus sentimientos por Minju habían cambiado. Con el pasar de las semanas se dió cuenta, y aunque en un principio se negó a aceptarlo, esta tarde no hubo manera de seguir haciendo ojos ciegos a la realidad.

Al llegar a la casa de la chica, ambos se detuvieron y se miraron directamente a los ojos. La pelinegra observó detenidamente las facciones del rostro del contrario y, queriendo dejar su timidez de lado por unos momentos le besó la mejilla, sorprendiéndolo.

Las mejillas de ambos se colorearon; las de Beomgyu por la sorpresa y las de Minju por la vergüenza que sintió por lo que acababa de hacer. Si Jisu la hubiese visto, probablemente la estaría viendo orgullosa.

—G-Gracias por acompañarme a casa, umm... ¡Nos vemos otro día! —le sonrió nerviosamente y se dio la vuelta para entrar rápidamente a su hogar.

Cuando la chica ya se había adentrado a su casa, Beomgyu logró reaccionar. Sonrió como un idiota mientras llevaba su mano a su mejilla derecha, donde la chica le dio el beso. Se dio cuenta de lo estúpido que se veía en ese estado y se dio media vuelta para irse también a su hogar. Ya se estaba haciendo demasiado tarde y no quería preocupar a sus padres.

 Ya se estaba haciendo demasiado tarde y no quería preocupar a sus padres

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decidí subir actualización pq no sabia que más hacer 👍

estoy trabajando en un ff de squid game que de seguro subiré dentro de poco, por si a alguna de las personas que me lee le interesa lol

anyways, cuídense y tomen awita <3

LUNA,, ♥︎

LOVELY SMILE ❥ choi beomgyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora