Capítulo 22

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No me sentí bien mintiendo, aunque en realidad no mentí, obvie cierta parte del sueño, necesitaba un descanso de él, y no encontré mejor forma.

Después de eso, el día siguió tranquilo... Hasta que llegué a casa y ví a Yoongi, con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Bonito!- se lanzó sobre mí y dejó un beso en mí mejilla- ¿Cómo estás?.

- Hola Yoon, bien, ¿Tú?.

- Muy bien,- abrí la puerta de casa, pero no dejé que entrara- ¿Pasa algo?.

- Perdón, pero necesito estar solo.

Frunció el ceño e hizo un puchero- ¿Es por el sueño?.

Abrí los ojos grandes- ¿Qué?.

- El que tuviste conmigo, ese donde- subió y bajó sus cejas.

- ¿Quién te contó?.

- Yugyeom.- tenía que ser él

Nota mental: matar a Yugyeom.

Suspiré- Mentí, no fuiste tú.

Se quedó pensando unos minutos y volvió a hablar, mucho más enojado- ¿Con quién soñaste?.

- No debería contarte con quién sueño, es parte de mí privacidad, pero te lo diré soñé con... Christian Grey.

Esta vez si mentí, pero no podía sentirme mal, no después de ver la cara de confusión que puso Yoongi, me reí.

- ¿Por qué te ríes?.

- Porque me da vergüenza que sepas que tengo sueños eróticos con el señor oscuro.

- No te preocupes,- acarició mí rostro- me alegra saber que estás bien.

- Gracias.

- Llámame si necesitas algo, si necesitas ayuda con tus sueños también.

Ambos reímos- Está bien, cuídate Yoon.

- Tú también bonito.- dejó un beso en mí mejilla y se fue.

Esa noche pude dormir bien.

Martes, buen día para matar a Yugyeom.

- Así que, ¿Christian Grey?.

- Deberías callarte, si no quieres morir.

- Vamos Tae, a Jungkook le dijiste que fue Yoongi, y a él le dices que fue el señor oscuro, no es que no te crea, yo también soñe que me azotaba... Pero, no te creo.

- ¿Cómo es que te enteras de todo?.

Se mostró orgulloso- Tengo contactos.

Mordí mí labio para no decirle algo de lo cual me arrepentiría- Pues dile a tus contactos, que se equivocaron esta vez, y tú, deberías estar trabajando.

- Eres un amargado, pero tienes razón, ahora me voy, trata de no imaginarte a Christian, dándote en el trabajo- río- no queremos accidentes.

Le lancé con una abrochadora que tenía cerca, para mí mala suerte, pegó en la puerta, maldito Yugyeom.

¿El día podía empeorar?, Obvio, tenía que trabajar con Jungkook, que por cierto, todavía no llegaba.

Pasaron veinte minutos, cuarenta, una hora, y no habían señales de él.

Volví a recepción y le pregunté a Yugi, quién tampoco sabía nada.

Dejamos la sesión de fotos para otro día y seguí con mí trabajo.

Mí desafortunado amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora