Capítulo 25

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Yoongi.

Si había algo que odiaba más que hacer ejercicios, era cuidar a Jungkook, realmente era insoportable, no entiendo como Taehyung se fijó en él.

Golpeé la puerta otra vez.- ¿Ya estás listo?.

- No.

- Déjame pasar, te puedo ayudar.

- ¿Estás loco?, No dejaré que me veas desnudo.

- ¿Desnudo?, Solo tienes que ponerte una remera.

- No importa.

El timbre sonó cuando estaba por contestarle.

- ¿Por qué no abres?- gritó cuando volvió a sonar.

- Cállate.

Caminé hasta la puerta y la abrí.

- Buenas tardes, señor Min.

- Oh, oficial Park.- era quien estaba encargado del caso de Jungkook.
No lo veía desde ese día que lo conocí en el hospital, realmente quedé hipnotizado, él, era más alto que yo, piel canela, brazos y manos grandes,  tan profesional, elegante, ¿Quién podía lucir un traje de policía tan bien?, era casi perfecto.

Movió su mano frente mío- ¿Señor Min?.

Parpadeé- ¿Sí?

- Le decía que supe que le dieron de alta a Jungkook, vengo a hacerle algunas preguntas,¿Puedo pasar?.

Rasqué mí cabeza- Sí, puede pasar,- lo detuve antes de que entrara- y... puede decirme Yoongi.

Sonrió- Está bien... Yoongi.

Lo acompañé hasta el living.

- Siéntese, iré por Jungkook.

No hizo falta ir hasta su habitación, ya que esté apareció, venía sosteniéndose de la pared.

- Imbécil, ¿Quién era?.- tenía que ser tan maleducado, su cara cambió cuando vió de quién se trataba- perdón, hola oficial.

Quiso caminar hasta el sofá y tambaleó, Seo Joon se levantó y lo ayudó a sentarse.

- Buenas tardes, Jungkook, me alegra verte bien.

-  Gracias, ¿Quiere un café?.

- Si no es mucha molestia.

El pelinegro me miró- Yoongi,  dos café- fruncí el ceño y este río- por favor.

Mordí mí labio para no decir alguna grosería y caminé hasta la cocina, y crucé mis brazos, ¿Quién se creía este idiota?.

Serví tres tazas, sabía que a Jungkook, le gustaba el café amargo, pero quizás necesitaba un poquito de azúcar en su vida.

- ¿Necesitas ayuda?- pegué un salto cuando Seo Joon me habló en el oído.

Giré mí rostro y ví su perfil, era tan hermoso, tragué saliva.- ¿Azúcar?.

Esta vez él me miró y levantó una ceja- ¿Perdón?.

- ¿Le pones azúcar al café?.

- Solo una,- ví como su lengua recorrió toda su boca, hice lo mismo con la mía- soy demasiado dulce.

- ¿Sí?.

Cada vez nos acercábamos más- ¿Quieres probar?.

Chupé mí labio, nuestras bocas estaban tan cerca, sólo uno tenía que dar el paso.

- ¿Todo bien?.

Nos separamos al sentir la voz de Jungkook.

- Sí.- puse las tazas en una bandeja y las llevé hasta la mesita del living, después volví por el pelinegro.

Mí desafortunado amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora