Capitulo 11

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Después de 3 días la gripe aún no se me quita del todo. Y eso, que tuve que asistir al hospital por una inyección.
Así que estornudo una vez sobre mi pañuelo mientras me bajo del auto.

El sol del medio día me molesta la vista, por eso atravieso con rapidez la acera hasta el edificio donde trabaja Arthur.

Ya dentro del edificio, recibo con gusto la sombra y el aire refrescante.
Atravieso el lobby y subo las escaleras. Por lo general uso el ascensor, pero siempre es mejor hacer un poco de ejercicio.
Llego al tercer piso, atravieso el pasillo principal, y me detengo frente a la segunda puerta.

Toco dos veces con mis nudillos, mientras observo la placa con el nombre Arthur Brown escrito en ella.
La curiosidad se apodera de mi ahora que estoy frente a la oficina.
¿De qué quería hablar Arthur que no podía esperar?

- Pase.

Abro la puerta lentamente. Arthur no alza la vista y, solo me indica que me siente en la silla frente al escritorio.

- ¿Se puede saber que está pasando? - Le pregunto al sentarme.
El hombre de 34 años no aparta la vista de lo que está escribiendo.

Me quedo viendo su cabello. Hace años que conozco a Arthur y nunca me deja de asombrar el tono rojizo de su pelo. Es sumamente brillante e hipnótico.
Él también es muy atractivo, muchas veces bromeé con Tatiana al respecto, ya que apesar de haber asistido con Tatiana en sus estudios de abogacía, él siempre tuvo afinidad conmigo más que con ella.
Nos volvimos muy cercanos.

-¿Acabo de recibir una llamada de Sally Brown.
- ¿Quién es Sally Brown? - Pregunto entre curiosa y divertida.
- Es la nueva abogada de Tatiana.
-¡¿Qué?! - Exclamo con auténtica sorpresa. - Pero... ¿Qué pasó con Karen?
- No lo sé Sarah. La mujer solo quiso informarme de que ahora ella iba a representar a Tatiana. Y me informó que desea reunirse conmigo para hablar sobre el tema del divorcio. Pienso que talvez quieren acordar algo, o agregar algo, o quién sabe, talvez...
-¿Talvez qué? - Le pregunto rápidamente - Arthur crees que quizás ella ya no quiere... Talvez se arrepintió...
- No dije eso Sarah. - Responde él con seriedad.

Sé que sabe lo que estoy pensando. La sensación de esperanza debe estar tatuada en mi rostro.

- Pero es una posibilidad... ¿No?

- Sarah... - Arthur se levanta y camina lentamente rodeando el escritorio hasta ponerse frente a mi - Además de ser tu abogado, soy tu amigo. Y como tu amigo, debo decirte que no guardes tantas esperanzas respecto a que Tatiana se retracte. Hasta el momento ella no ha dado muestras de que querer hacerlo.
Así que por favor, haz de cuenta de que las cosas siguen exactamente igual. ¿Entendido?

Asiento con la cabeza, aunque no sea verdad. Por primera vez en tanto tiempo siento algo cercano a la esperanza, de que todo pueda mejorar; de que todo pueda volver a la normalidad. Algo a lo que aferrarme.
Distraídamente toco el anillo en mi mano izquierda.

- ¿Cuándo te reunirás con ella?
- Martes 17, en la tarde. - Contesta Arthur al volver a su silla.
Me mira de reojo mientras saca el sobre amarillo de la gaveta izquierda y lo pone sobre el escritorio.

- No soporto ver esos malditos papeles - Aparto la mirada con asco y me pongo en pie, dándole la espalda a Arthur.
- Esta es una de las razones por las que te llamé Sarah. Necesito saber, ¿Has pensado en si firmarás llegado el caso?

..." Y sí, ahora tenía la absoluta certeza de saber lo que sentía y quién era en realidad. Pero apesar de que me había quitado un poco de ese asfixiante peso de encima, aún estaba muy dolida por lo sucedido en la fiesta.

Conforme pasaban los días desde que pasó, fui consciente de que estaba desarrollando otro sentimiento hacia ti Tat... Y era el enojo.

Le daba vueltas y vueltas al asunto. Una y otra vez me preguntaba: ¿Porqué me habías hecho eso Tat? Y no encontraba una razón válida. Era algo sin sentido. Así que me enojaba. Me enojaba mucho. ¿Puedes culparme?

Llegado un punto, cuando llamabas, yo me quedaba ahí viendo el teléfono y sintiendo una sensación de venganza por no contestar. Pero aún así, nada me quitaba el sentimiento de tristeza por tu ausencia, ni siquiera el enojo.
Te echaba de menos...
La verdad aún lo hago...

Me hacía falta verte,hablarte, reír... En esos días... ¿Tú también pensabas en mi?
Es algo que nunca te pregunté... Pero supongo que sí ¿No? Porque volviste.

Después de esas largas semanas, verás, entendí una cosa: Quizás me estaba comportando como una estúpida. ¿La razón? Pensabas que de seguro estabas tranquila con todo esto.
De seguro estabas con aquel chico de cabello rizado pasándolo muy bien, riendo y divirtiéndote con él y tus amigos, mientras yo pasaba mal y triste; pensando una y otra vez en lo sucedido y no superándolo.

Así que un dia (no puedo recordar cual) me dije ¡Basta! Y decidí dejar toda esa angustia y tristeza atrás y tratar de seguir con mi vida: estudiar,ayudar a mi madre, cuidar a mi hermanita, ya sabes.

Por unos días estuvo más o menos y bien, hasta que apareciste en la puerta de mi casa aquel jueves lluvioso.
¿Recuerdas ese día?
Estabas ahí de pie, empapada de pies a cabeza, el agua chorreando de tu cabello y de tu suéter, mojando el piso de mi corredor.
Nos miramos a los ojos y y entonces con voz ronca preguntaste:

- ¿Me ignorarás por siempre? Por favor... ¿Podemos hablar?

Verte ahí; temblando de frío, con aquella mirada de disculpa en tus ojos verdes...
Lo único que quería era abrazarte, sabes...
Estaba tan feliz de verte otra vez...

Y toda esa determinación que tenía se esfumó así de la nada.
Era como si nunca hubiera sucedido, entonces comprendí que no quería perderte.

Entendí que si no sentías lo mismo que yo, simplemente no podía culparte por ello y alejarte. No era justo, así lo sentía.
Eras parte de mi vida y ya debía dejar de comportarme tan absurdamente.

Decidí, en esa fracción de segundo, que podía reprimir ese sentimiento y ser de nuevo amigas.
No importaba lo demás, de nuevo estarías en mi vida, y eso era suficiente para mi.

- Afuera está lloviendo - Te dije.

Era una estupidez, pero aún así te hice sonreír.
Y bueno, ya sabes, todo volvió a la relativa normalidad.
Entre risas te invité a pasar, y volví a ser feliz de nuevo..."

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