✔️ESPADA AZUL | DEVIL MAY CRY 6

CAPITULO 46

Nero.

—¡Mi madre está muerta! ¡La mate! ¡Fue mi culpa! ¡no, no, no, no, no! yo no fui quien lo hizo —. rompo en llanto mientras sostengo mi cabeza con fuerza —. ¡No hice nada!

¿Por qué siento que todo aquí es como aquella vez?

Nunca pude liberarme por mi mismo del Salvador y ahora tampoco puedo hacerlo, es como si hubiese vuelto al mismo lugar.

—Es que no te parece —. oigo una voz alrededor. No doy con nada más en el lugar, nada.

—¿Quién eres? — pregunto sin evitar sentirme triste a la vez.

—Soy alguien que vino a salvarte.

—No es verdad —. respondo agachando la cabeza, no puedo evitar llorar al recordar a mi madre.

—Solo unas palabras y vendré por ti.

Suspiro con resignación.

—No importa —. suelto sin lamentaciones.

—Tú sabes que decir.

Trago saliva al pensarlo, es que ya no me importa lo que pase, ya no me importa.

—Llévate mi mente, mi pasado y mis pecados. Yo te...

—¡Nero no! — oigo una voz familiar gritar tan cerca mío y ocasiona que me detenga —. Nero, soy yo — oigo esa voz apacible, melancólica y sencilla.

Levanto la mirada para luego percibir en sus ojos mi reflejo miserable.

—¿V? — abro los ojos por la impresión de verlo.

—Tenemos que salir de aquí.

Niego con la cabeza.

—¡No! ¿Qué eres?

—Nero, solo soy yo. Como aquella vez. He vuelto por una razón y esa razón eres tú. No puedo dejar que te pierdas en el camino, como una vez Vergil lo hizo.

Lo observo sin responder, pero no puedo evitar sentirme melancólico.

—Tuvimos suerte, si no te hubiera encontrado a tiempo, es probable que hayas roto un sello que no debías.

—¿Quién trato de que lo hiciera?

—No lo sé, se ha esfumado en cuanto te encontré —. observa seriamente alrededor.

No puedo aguantar la carga, termino por sollozar con mucha rabia mientras trato de taparme el rostro con mis manos.

—Madre...— logro decir entre lágrimas, mientras trato de no desplomarme por lo que siento. Es peor de lo que podría imaginar.

Luego de unos segundos miserables, termino por desestimar seguir de ese modo. No podría estar así después de lo mucho que sacrifico para darme una oportunidad.

No puedo dejar que esto terminé así.

—Cuando despiertes, quiero que entiendas que solo tú puedes verme ¿lo comprendes?—. me observa serio, pero con gentileza.

—¿Qué se supone que haga a partir de ahora?, te lo pregunto porque te juro que no lo sé.

—Cualquier cosa trivial que te motive a actuar acabará por engendrar una guerra, la razón puede ser tratada después, pero la guerra sucederá siempre. Porque no importa lo que te diga ahora, lo que realmente anhelas es luchar.

Tiene razón. Lo único que me importa es luchar y luchar. No debería de darle más vueltas al asunto.

Trato de calmarme mientras me reincorporo por completo.