"Shuhua no lloró cuando les dijo a las chicas que se iría a casa"
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Shuhua había pasado años preguntándose cómo se sentiría. Las reacciones, lo que ella diría, ¿habría lágrimas? Fue aterrador.
Fue realmente muy aterrador.
No había forma de explicar el sentimiento que bullía debajo de su piel cada vez que pensaba en esas palabras clandestinas que brotaban de su boca. Porque eso es lo que era: un secreto ilícito. Un secreto que nunca conocería la hora del día.
Aunque a medida que se acercaban los días para el debut de I-dle y Soojin se volvía más ocupada, Shuhua no pudo evitar desear haber hablado antes. No es que Soojin sea inaccesible una vez que debute; pero estaría ocupada, sería diferente. Ya no era la Soojin que ayudaba a Shuhua con su baile, ya no era la Soojin con la cara desnuda, ya no era la Soojin normal y corriente. No, una vez que debutara sería más grande que la vida, un enigma, la chica que Shuhua una vez conoció se iría, reemplazada por una estrella, una Idol.
Shuhua no pudo evitar preguntarse por qué la idea de que Soojin debutara la estaba afectando tanto, no le importaba estar con las otras cuatro chicas, a pesar de lo mucho que disfrutaba de su compañía y la frecuencia con la que solía pasar tiempo con ellas, así que ¿por qué? ¿Fue la idea de que Soojin lograra sus sueños como un golpe continuo en sus entrañas? Por supuesto, fue difícil escuchar que las otras cinco debutaban sin ella, pero escuchar que Soojin debutaba se sintió mucho peor. Fue una sensación horrible porque Shuhua sabía cuánto quería Soojin esto, cuánto había trabajado para esto y lo único que le importaba era cómo se sentía excluida.
Soyeon había mencionado preguntarle a la compañía si Shuhua podía debutar con ellas, 'son seis o ninguna' ella siempre decía, pero Shuhua sabía cómo funcionaba la industria y sabía que las palabras de los aprendices, ya sea que estuvieran bajo un contrato de artista o un contrato de idol, no tienen ningún poder real. Shuhua no iba a debutar y se había resignado al hecho; dolía, no obstante, pero Shuhua no iba a arruinarle sus sueños a sus amigas deprimiéndose llena de autocompasión, todos y cada uno de los pensamientos negativos que tenía sobre el tema se mantenían en privado y solo los positivos se atrevían a escapar de su boca. Ella NO las haría sentir culpables por ser más talentosas.
Pero mientras Shuhua yacía en la cama con Soojin mientras se reían de una película, Shuhua no pudo evitar que las lágrimas brotaran de sus ojos, ya no podría hacer esto. Duele. Las suaves caricias en sus brazos, un constante recordatorio de que sus sentimientos, ya no serían constantes. Shuhua deseaba que Soyeon pudiera hacer que la compañía la dejara debutar, pero no se haría ilusiones, sería un desperdicio.
Shuhua sonrió mientras Soojin hablaba sobre cómo el nuevo dormitorio al que se mudarían era mucho más grande que el dormitorio de aprendices, pero todo lo que Shuhua podía pensar era en los labios de Soojin, la forma suave en que se movían, la lengua deslizándose para mojarlos de vez en cuando. dios, Shuhua quería besarlos tan mal. Aunque ella no lo haría. Eso sería dispararse a sí misma en el pie, literalmente, tan literal como podría ser una metáfora.
